Históricamente, América Latina ha sido una región con una fuerte presencia católica, pero en las últimas décadas ha habido un crecimiento significativo en la población evangélica. Según el Latinobarómetro, un estudio que ha medido -entre otros asuntos de la sociedad latinoamericana- la afiliación religiosa desde 1995, los evangélicos se consideran practicantes o muy practicantes, incluso en mayor medida que los católicos. Este compromiso se refleja en la asistencia regular a los servicios religiosos y actividades de la iglesia.
Un análisis del Real Instituto Elcano destaca la creciente implantación de las iglesias evangélicas en América Latina, lo que sugiere una participación activa y creciente de sus miembros en la vida comunitaria y política. Esto podría indicar una tasa de asistencia sostenida o incluso en aumento, ya que la participación política y social suele estar correlacionada con la implicación en las actividades de la iglesia.
Dentro de este contexto, surge el fenómeno de la secularización en la región como un asunto complejo que afecta a la sociedad en múltiples niveles. Un estudio sobre la secularización en el contexto sociocultural latinoamericano indica que este proceso no es uniforme y varía en intensidad y manifestación en diferentes regiones. Por ejemplo, en algunos países, la secularización puede llevar a una mayor visibilidad del discurso religioso en el espacio público, mientras que en otros, puede significar una mayor privatización de la fe.
En un mundo donde la secularización efectivamente parece avanzar sin pausa, la comunidad evangélica enfrenta desafíos únicos que ponen a prueba su fe y su lugar en la sociedad. Y aunque América Latina es una región históricamente arraigada en valores cristianos, no escapa a las corrientes globales de cambio cultural y religioso.
Según el documento "El Proceso de Secularización en América Latina" de Boaventura Kloppenburg, O.F.M., el proceso de secularización en la región tiene características distintas en comparación con otras partes del mundo, influenciadas por la rica historia cultural y religiosa precolombina y africana.
En cuanto a los desafíos específicos que enfrentan los evangélicos en este contexto, la Coalición por el Evangelio destaca que la secularización, entendida como el abandono de la religión en la vida pública, es un desafío significativo para la proclamación del Evangelio. La cultura occidental ha avanzado hacia una civilización más "neutral" en cuanto a valores públicos, filosóficos, religiosos y políticos, lo que representa un reto para mantener la relevancia de la fe evangélica en la esfera pública.
Steven Martins, apologista y escritor, reflexiona sobre esta realidad: “En nuestra era del humanismo secular, las personas en Occidente han creído la idea de la tabula rasa enseñada por la Ilustración. Pero este proceso de secularización, es decir, de abandonar la religión en la vida pública, no es más que una farsa, ya que la cultura es inevitablemente religiosa”. Martins destaca la imposibilidad de separar completamente la religión de la esfera pública, dado que las cosmovisiones religiosas moldean inevitablemente nuestra interpretación de la realidad.
Por otro lado, el Papa Francisco ha instado a los fieles católicos a ser “testigos valientes del Evangelio” en un mundo secularizado, un llamado que también resuena con fuerza entre los evangélicos que buscan vivir su fe de manera auténtica y visible.
"Este proceso de secularización, es decir, de abandonar la religión en la vida pública, no es más que una farsa, ya que la cultura es inevitablemente religiosa. - Steven Martins
Otros líderes religiosos también han expresado su preocupación y sus esperanzas frente a este desafío. José M. Arnaiz, en su reflexión sobre los desafíos de la vida consagrada hoy, menciona la necesidad de una "renovada conciencia profética-sapiencial-apocalíptica que lleve a la vida consagrada a convertirse en testimonio de vidas transparentes y que revelen y hagan presente a Jesús". Esta visión apunta a una fe que no solo resiste la secularización sino que también propone un modelo alternativo de vida y comunidad.
Expertos en religión también han aportado su visión sobre el tema. Elizabeth Shakman Hurd, profesora de Northwestern University, en una entrevista destacó la importancia de entender la secularización y la libertad religiosa como desafíos globales, especialmente en el contexto latinoamericano.
La secularización, lejos de ser un proceso lineal y uniforme, se manifiesta de diversas formas y con distintas intensidades en la región.
Los datos y estadísticas muestran que, aunque la secularización presenta desafíos reales para los evangélicos, también ofrece oportunidades para una presencia renovada y transformadora en la sociedad.
Los evangélicos de América Latina continúan buscando maneras de vivir su fe de forma coherente y relevante, manteniendo un diálogo constante con la cultura que los rodea. La fe evangélica, con su énfasis en la relación personal con Dios y la importancia de la comunidad de creyentes, ofrece una perspectiva única para enfrentar los retos de un mundo cada vez más secularizado.