
Las lluvias que se presentaron en México en días recientes causaron severas inundaciones en diversos estados. Hidalgo, Veracruz, Querétaro, Puebla, y San Luis Potosí, sufrieron las afectaciones más considerables.
Los daños que provocaron las tormentas tropicales Raymond y Priscilla son incalculables. Se reportan cortes de caminos, suspensión de clases, desapariciones y personas fallecidas.
Desde el pasado viernes las inundaciones dejaron viviendas y calles anegadas con agua y lodo. Múltiples inmuebles quedaron destruidos y se perdió el patrimonio familiar de numerosas comunidades afectadas.
“Nos quedamos sin nada, el agua entró muy rápido, no sabíamos que hacer para detenerla y nos asustamos mucho”, comentó Julia, habitante del municipio de Tianguistengo en Hidalgo.
Ante los acontecimientos que han traído luto y desolación, las denominaciones y organizaciones cristianas se movilizaron para brindar apoyo a los afectados. Templos y auditorios fueron acondicionados para funcionar como centros de acopio.
Las iglesias solicitaron latas de alimentos no perecederos, ropa, agua embotellada, artículos de limpieza y de higiene personal para llevar a las zonas afectadas. Los pastores se organizaron para convocar a sus feligreses en una operación de ayuda al prójimo.
“No hemos podido tener contacto con los hermanos, hay varios deslaves, lo que sabemos es que el agua se llevó los puentes, hemos apoyado en varias ocasiones con otras inundaciones, pero la situación es complicada, no habíamos visto una tragedia de esta magnitud en Hidalgo”, comentó el pastor Oscar Moedano, ministro de la congregación Aliento de Vida.
Moedano, comentó a Diario Cristiano que la tragedia rebasa la comprensión de lo ocurrido y que en la medida de lo posible se llevará la ayuda a las poblaciones, “vamos a recabar lo necesario para nuestros hermanos”.

En redes sociales circulan fotografías que muestran los daños ocurridos en varias de las congregaciones de Poza Rica, Veracruz, escenario de una de las peores tragedias registradas en lo que va del 2025 en México a causa de las intensas lluvias e inundaciones que provocaron el desbordamiento del río Cazones.
Ante la inundación las personas decidieron subir a los techos de sus casas para ponerse a salvo pues el nivel del agua aumentó rápidamente, inundando por completo las calles de la ciudad. Los autos también fueron arrastrados ante la fuerza de la corriente del río.
Se estima por parte de los pobladores que el río Cazones alcanzó niveles históricos de desbordamiento, superando los siete metros de altura.
Los videos muestran inmobiliario dañado por el agua, así como una gran cantidad de lodo al interior de los inmuebles.
“Tratamos de rescatar lo más que se pudo, pero el agua inundó nuestro templo y nuestras casas, es muy triste lo que estamos viviendo”, comentó una mujer que limpiaba el piso de su congregación en Poza Rica.
Las víctimas
El saldo de fallecidos va en aumento, de acuerdo con datos proporcionados por la Coordinación Nacional de Protección Civil, han fallecido 64 personas y otras 65 no han sido localizadas tras los diluvios.
Las autoridades mexicanas estiman que hay unas 100 mil viviendas afectadas y más de 40 mil personas sin electricidad.
En Pachuca, varias personas manifestaron en plazas públicas para exigir al gobierno local mayor urgencia en la atención de los damnificados. Un sector de la sociedad considera que las autoridades han tardado en responder a la emergencia.
"...la situación es complicada, no habíamos visto una tragedia de esta magnitud en Hidalgo”, pastor Oscar Moedano, ministro de la congregación Aliento de Vida
Con pancartas, hombres y mujeres protestaron en la Plaza Juárez de la capital hidalguense. Los manifestantes informaron que sus familiares se han quedado sin comida, sin agua, y que no hay electricidad en varias comunidades, así como tampoco forma de llegar por vía terrestre para apoyarlos.
“Queremos que nos ayude el gobierno o los militares con helicópteros, ya que nuestros familiares se encuentran aislados completamente, no tienen alimentos y no hay ayuda para ellos”, comentó Jennifer Reyes.
Ante la impotencia de ver a sus familiares sin el apoyo requerido, varios vecinos llevaron a cabo “cooperaciones voluntarias” para contratar el servicio privado de un helicóptero y llevar ayuda a sus seres queridos en las zonas donde no hay paso por vía terrestre.
Acciones de emergencia
Desde el domingo, las familias damnificadas tomaron la decisión de iniciar trabajos de limpieza y retiro de escombros en colonias, comunidades rurales y zonas urbanas afectadas.
Ante la magnitud de las inundaciones, la presidente de México, Claudia Sheinbaum, se movilizó junto con autoridades de los tres niveles de gobierno para brindar atención médica, búsqueda de personas desaparecidas y distribución de insumos.
Tres días después del desastre, el gobierno México implementó con el Ejército el Plan DN-III-E de emergencia. Los efectivos militares se encuentran activos en su fase de auxilio en las zonas afectadas con equipo y helicópteros. Esa reacción a destiempo ha traído malestar en la sociedad mexicana.
En algunos puntos, la población ha expresado inconformidad por la falta de atención oportuna, exigiendo mayor presencia de autoridades y ayuda directa.