Creciente tendencia entre iglesias evangélicas brasileñas permite a jóvenes con autismo ser bautizados y dar testimonio de su fe

Arthur autista
En Brasil, tres adolescentes con diagnóstico de autismo fueron bautizados en ceremonias especialmente adaptadas por sus iglesias evangélicas. Con gestos, tableros de comunicación o simples palabras, expresaron su fe en Jesús y conmovieron a sus comunidades. Estos testimonios reflejan el avance de una iglesia más inclusiva, sensible y comprometida con cada vida. Foto: Redes Sociales

Tres adolescentes brasileños diagnosticados con autismo fueron bautizados recientemente en ceremonias especialmente adaptadas a sus necesidades.

Los bautismos realizados en distintas regiones del país, reflejan un avance significativo en la inclusión dentro de las comunidades evangélicas, mostrando que la fe trasciende toda barrera comunicativa o sensorial.

Arthur: "Él es un milagro"

El primer caso que conmovió a cientos fue el de Arthur, un adolescente de 16 años diagnosticado con autismo. Su bautismo se realizó en la Catedral O Brasil para Cristo, en el barrio Vista Alegre de Río de Janeiro.

En un ambiente cargado de emoción, Arthur respondió con claridad a las preguntas del pastor y expresó su deseo de entregar su vida a Jesús. “Arthur es un milagro”, dijo su madre, Fátima, a medios locales. “Es un joven que no hablaba, no tenía contacto visual. Hoy responde y abraza. Él es la prueba del poder de Dios”. Así lo consignó el portal brasileño Guiame.

Desde la cuenta de Instagram de la iglesia aseguran que Arthur "es un adolescente autista, diagnosticado con agresión, TOD (desorden desafiante de la oposición), déficit de atención e hiperactividad; sin embargo, aun con todo su diagnóstico, para la Gloria de Dios Arthur es capaz de socializar con toda la iglesia y su familia y amigos, jugando, charlando y siempre llenando nuestros corazones con un ¡Mucha alegría!"

El momento quedó registrado en video y compartido en redes sociales, que rápidamente se viralizó por la ternura y solemnidad del gesto.

bautismo joven autista
Daniel, joven con autismo vestido con indumentaria a cuadros, junto a su familia momentos después de su bautismo.

Daniel: “Uno de los días más felices de mi vida”

Días antes, otro adolescente también de 16 años llamado Daniel, quien vive con autismo severo (nivel 3) y es no verbal, fue bautizado en su hogar, en una ceremonia íntima organizada por su familia y su comunidad de fe.

Como informamos hace unos días en Diario Cristiano Internacional, Daniel utilizó un tablero con letras para comunicarse: deletreó “sí” cuando se le preguntó si creía en Jesús y si deseaba bautizarse.

“Fue uno de los días más felices de mi vida”, expresó su madre, Cláudia Boechat. “La iglesia fue sensible, amorosa y comprensiva con nuestro hijo”.

La ceremonia fue conducida por el pastor Glauco Ferreira, fundador del proyecto “Autismo na Igreja”, quien declaró: “Más importante que la cantidad de agua es la profundidad de la gracia”.

Tercer caso: una continuidad que refleja unidad en la diversidad

Inspirados por estos dos testimonios, una tercera familia también decidió celebrar el bautismo de su hijo adolescente con autismo, en una ceremonia adaptada y acompañada por su comunidad local. Si bien aún no se han difundido públicamente los detalles, se sabe que se trató de una experiencia similar: personalizada, respetuosa del ritmo del joven y profundamente espiritual.

Este caso da continuidad a una tendencia creciente de iglesias evangélicas brasileñas que, con sensibilidad y compromiso, buscan garantizar el derecho de todas las personas a recibir el bautismo, independientemente de su condición.

La Iglesia, un espacio para todos

Estos tres testimonios reflejan no solo la transformación de vidas individuales, sino también el compromiso creciente de comunidades cristianas por ser espacios realmente inclusivos. Desde el uso de recursos visuales hasta la adecuación de ambientes y rituales, las iglesias están dando pasos firmes hacia una integración plena.

“No es una concesión: es justicia espiritual”, dijo el pastor Ferreira. Y agregó: “El bautismo es un acto de fe y pertenencia. Todos, sin excepción, tienen derecho a vivirlo”.

Los testimonios de Arthur, Daniel y este tercer joven son recordatorios vivos de que la gracia de Dios se manifiesta de múltiples formas, y que la verdadera iglesia es aquella que abre sus puertas y su corazón a todos por igual.

El bautismo de Arthur

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