Una multitud de jóvenes cristianos se reunió el pasado fin de semana en la famosa avenida costera de Copacabana, en Río de Janeiro, para participar de una jornada de evangelismo al aire libre. Durante la actividad, varios jóvenes decidieron entregar sus vidas a Jesucristo, mientras otros afirmaron haber sido sanados físicamente. La jornada incluyó mensajes bíblicos, alabanzas, oraciones y momentos de adoración pública.
El evento fue liderado por el evangelista Rafael Santmour, quien destacó que la playa se convirtió en un altar espiritual.
“Copacabana se volvió un altar. Fue un encuentro entre el Cielo y la Tierra. Hubo palabra, sanidad, liberación, adoración y salvación”, publicó el predicador en sus redes sociales. También afirmó que presenció “miradas llenas de lágrimas y sanidades sucediendo en medio de la avenida”, y concluyó: “¡Cristo vive!”
Para Santmour, fue un momento profético donde “Jesús tocó corazones y reveló su amor de forma poderosa”. También comparó la experiencia con la historia bíblica de Gedeón, recordando cómo fue llamado a derribar altares paganos para levantar uno dedicado al único Dios.
“Así como esta ciudad fue usada para levantar altares a ídolos y demonios, ayer Dios levantó un ejército”, expresó.
El evangelista subrayó que se trató de una iglesia sin nombres ni denominaciones, compuesta por jóvenes de distintos trasfondos cristianos que se unieron con un propósito común: “derribar altares del enemigo y levantar un altar de adoración a Dios”. Según sus palabras, lo vivido fue más que un evento, fue un hito espiritual y “solo el comienzo de algo mayor”.
Testimonios de transformación
Uno de los jóvenes presentes, identificado como Bernardo, compartió que fue sanado de una lesión muscular en la pierna tras recibir oración. “Sentí como si un fuego recorriera mi muslo… fui completamente sanado para la gloria de Dios”, declaró, y aseguró que volvió a moverse con normalidad.
Otra joven, Kamilla Macena, relató que vivió una experiencia espiritual profunda. “Es increíble vivir para Cristo… mi historia fue completamente transformada. Por primera vez me sentí verdaderamente amada”, expresó. Kamilla describió la jornada como sobrenatural y dijo que su corazón fue lleno de gozo durante el momento de adoración.
Antes de finalizar, dejó un mensaje dirigido a la iglesia: “Río de Janeiro necesita de Jesús, necesita ser sanado, necesita ser amado… Que seamos nosotros esos trabajadores. Que seamos la respuesta. Que seamos los enviados”.
