
Este martes, el gobierno del presidente Gabriel Boric presentó ante el Congreso de Chile un proyecto de ley para legalizar el aborto sin causales hasta las 14 semanas de gestación. Esta iniciativa, una de las promesas de campaña del mandatario, busca “ampliar los derechos reproductivos” de las mujeres en el país. La misma será debatida en el Congreso a partir del próximo lunes 2 de junio.
Desde 2017, Chile permite el aborto solo en tres causales: riesgo para la vida de la madre, inviabilidad fetal y violación. Sin embargo, la implementación de esta ley ha enfrentado obstáculos, como la objeción de conciencia por parte de profesionales de la salud.
El proyecto de ley propone legalizar el aborto voluntario sin necesidad de invocar causales específicas. Se contempla que el procedimiento pueda realizarse en el sistema público de salud, garantizando el acceso a medicamentos o intervenciones quirúrgicas necesarias. La ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, destacó que esta medida busca evitar la criminalización de las mujeres que deciden interrumpir su embarazo y reducir los riesgos asociados a los abortos clandestinos.
Voces representativas de diferentes comunidades cristianas salieron a repudiar este y cualquier proyecto pro aborto. La Mesa Ampliada (UNE), CUPREM y el Consejo de Obispos y Pastores rechazan la nueva iniciativa del Gobierno que busca legalizar el aborto sin causales. En un comunicado conjunto señalaron que “el debate ya fue zanjado” con la Ley 21.030 y hacen un llamado al Congreso “a enfocarse en las verdaderas urgencias del país: seguridad, salud, vivienda y natalidad”.
El comunicado, contiene siete puntos que van desde la oposición al proyecto de ley, citando argumentos puntuales sobre la negativa hacia el aborto. Incluye consideraciones hipocráticas, leyes de la cultura romana, citando a Tertuliano “en el libro Apologética”, donde el presbítero de Cartago se dirige al Senado de Roma en el año 200 de esta era y se manifiesta contra el aborto y en defensa del respeto a la vida desde la concepción. Además, recuerdan que en “la cultura proverbial” más antigua “se advierte desde hace ya tres mil años: ‘No hay hombre que tenga potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad sobre el día de la muerte’”. También señalan la baja tasa de natalidad que ubica a Chile entre los 15 países con menor Tasa Global de Fecundidad.
El punto seis del documento insta a que se aboquen e “inviertan su escaso tiempo” que resta a esta administración “en construir y buscar los consensos para resolver los serios y complejos temas” que el país está sufriendo.
En su último punto, el comunicado señala que “es de considerar que para los cristianos, un alto porcentaje de la población en nuestro país, los principios y sentido común que emanan de las Sagradas Escrituras son nuestra norma de fe y conducta como lo fueron también ayer y lo serán mañana, por lo que instamos a nuestras autoridades, con respeto y convicción, tomen en consideración lo expresado en esta declaración y no volver a insistir en un tema ya resuelto por la ciudadanía”.
El documento lleva las firmas de los obispos Eduardo Cid Cortés (Presidente Iglesia Misión Evangélica Wesleyana y Presidente Nacional Mesa Ampliada), Jorge Méndez Jara (Presidente del Consejo de Obispos y Pastores de Chile), Wilfredo Villa Pinochet (Consejo Unidades Pastorales Región Metropolitana), Lic. Francisco Rivera Mardones (Obispo Presidente Iglesia Encuentro con Dios y Presidente Internacional Mesa Ampliada) y el apóstol Mareo Torres Sánchez (Presidente Mesa Apostólica Nacional),
Otras confesiones de fe cristianas, como el Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile (CECh), emitieron una declaración oficial en la que manifiestan su profunda preocupación ante la intención del Gobierno chileno de presentar un proyecto de ley para legalizar el aborto.
Los prelados citan la homilía de Francisco “Dignitas Infinita 2024”, donde el pontífice recientemente fallecido había dicho que “un ser humano es siempre sagrado e inviolable, en cualquier situación y en cada etapa de su desarrollo. Es un fin en sí mismo y nunca un medio para resolver otras dificultades”.
Además, señalaron que “en un país que busca mayor justicia y dignidad para todos, pedimos no relativizar el valor de la vida humana, especialmente de los más indefensos”.
Para concluir, el documento emitido desde el Episcopado chileno señala: “Finalmente, hacemos nuestras las palabras del Papa León XIV en su reciente discurso al Cuerpo Diplomático: ‘nadie puede eximirse de favorecer contextos en los que se tutele la dignidad de cada persona, especialmente de aquellas más frágiles e indefensas, desde el niño por nacer hasta el anciano, desde el enfermo al desocupado, sean estos ciudadanos o inmigrantes’. Instamos a las autoridades y legisladores a ejercer su responsabilidad, promoviendo una sociedad verdaderamente inclusiva, donde toda vida humana, sin excepción, sea acogida y cuidada".
En el ámbito parlamentario, las comisiones respectivas ya anticipan un escenario complejo. Los presidentes de ambas cámaras declararon que no darán prioridad a la tramitación del proyecto, lo que supone un freno importante a su avance.
Un dato importante es que según el Centro de Estudios Públicos, un 34% de la población chilena sostiene que el aborto voluntario debe ser una opción para las mujeres, en cualquier caso. Mientras, un 50% de los consultados afirma que debe permitirse solo en casos especiales, según informó Ciudadano News.