
En un esfuerzo por fortalecer la convivencia y el respeto a la diversidad de credos en la capital colombiana, el Concejo de Bogotá D.C. aprobó en primer debate el Proyecto de Acuerdo 948 de 2025.
Según informó Adriana Ardila Santana, jefe de prensa del concejal Andrés Barrios, esta iniciativa, liderada por los concejales Barrios y Daniel Briceño, tiene como propósito fundamental combatir el antisemitismo y erradicar cualquier forma de discriminación contra la comunidad judía en la ciudad.
La medida surge como una respuesta necesaria ante los desafíos de intolerancia religiosa, buscando proteger a ciudadanos que han sido objeto de hostigamiento debido a su fe.
El proyecto se estructura sobre tres pilares esenciales: la educación y memoria, para sensibilizar sobre el Holocausto y los discursos de odio en las escuelas; la cultura y reconocimiento, promoviendo la historia judía; y la convivencia y seguridad, reforzando los canales de denuncia y la atención a víctimas.
El concejal Barrios resaltó que esta legislación trasciende la política internacional para centrarse en los derechos humanos locales.
“Este proyecto es un paso decisivo para garantizar que cualquier persona pueda vivir su fe, su identidad y su cultura con tranquilidad”, afirmó el cabildante, subrayando la importancia de la libertad religiosa.
Por su parte, el coautor del proyecto, Daniel Briceño, hizo un llamado a la acción moral de la ciudad frente a la intolerancia. “Bogotá no puede quedarse callada frente al odio; aprobar este proyecto es defender la vida, la libertad y la dignidad del pueblo judío”, declaró Briceño.
La iniciativa ahora se dirige a la Plenaria del Concejo, donde se espera su ratificación definitiva para convertir a Bogotá en un referente de protección y memoria histórica.
Un legado de fe y construcción social
La protección legal recién aprobada respalda a una comunidad que ha sido pilar fundamental en la historia de Bogotá. Desde las primeras migraciones hasta la llegada de refugiados de la Segunda Guerra Mundial, el pueblo judío ha aportado generosamente al desarrollo de la capital colombiana.
Su influencia se ha tejido silenciosamente en la economía y la cultura, demostrando un compromiso inquebrantable con el bienestar de la nación que los acogió.
Esta huella espiritual se preserva con solemnidad en los cementerios hebreos de la ciudad, espacios sagrados que resguardan la memoria de la fe en medio del bullicio urbano. En lugares como el Cementerio Hebreo del Sur y el de la Calle 26, monumentos dedicados a las víctimas del Holocausto y símbolos bíblicos como la Menorah recuerdan la resiliencia de un pueblo que valora la vida como un mandato divino, manteniendo sus tradiciones y el respeto a sus antepasados intactos tras los muros.
Tal como señala la cronista Lorena Rivera Ocampo, en su ensayo: Las necrópolis hebreas de Bogotá, vestigios del pueblo judío en Colombia, estos espacios son testimonios vivos de una cultura que, aunque mira hacia Israel como su tierra prometida, ha sembrado en Colombia un legado de bondad y trabajo.
Rivera Ocampo destaca que la presencia judía es mucho más profunda de lo que se percibe a simple vista, lo que hace aún más urgente la defensa de su dignidad y libertad religiosa frente a cualquier amenaza de odio, validando la pertinencia del nuevo acuerdo distrital.





