En días recientes sietes españoles fueron arrestados en Paris por manifestar su descontento por la Ceremonia Inaugural de los Juegos Olímpicos que fue tomada como afrenta a la fe cristiana alrededor del mundo.
Según la agencia de noticias EFE, siete personas que se presentaron como “cristianos españoles” fueron detenidas y llevados a la comisaría en París, antes de quedar en libertad, en relación con una operación de protesta contra la controvertida escena de la Última Cena en la inauguración de los Juegos. La Fiscalía de París explicó en su comunicado diario sobre incidencias en los Juegos que decidió poner fin al arresto y archivar el procedimiento al considerar que había irregularidades.
La acción, que había sido organizada por la plataforma Citizen Go, consistió en un autobús con matrícula española que llevaba estampado en su carrocería el mensaje ‘Stop attacks on Christians’ (Paren los ataques contra los cristianos). El vehículo estuvo circulando por las calles de la capital francesa, indicó Le Parisien y al parecer el arresto quedó sin efecto debido a que la presentación ante un responsable de la policía judicial se había hecho demasiado tarde y no se había especificado de forma suficientemente precisa el motivo de los arrestos.
En el autobús, se publicita además un sitio web en el que más de 384.000 personas se han unido a la protesta ante las autoridades del Comité Olímpico Internacional en defensa de los derechos de los creyentes.
Testigos que vieron circular el autobús aseguraron que el "mensaje iba acompañado de los aros olímpicos sobre los que había una cruz y, sobre todo, un montaje fotográfico en el que aparecían en paralelo la imagen de ‘La última cena’ de Leonardo da Vinci y la polémica escena de la ceremonia de los Juegos, interpretada en particular por artistas trans, que se ha querido interpretar como una parodia de la primera”.
EFE especificó que después que el bus fue visto en varias de las principales avenidas de París, la policía interceptó el vehículo junto al Arco de Triunfo en el que iba el chófer, quien fue objeto de un control que mostró que todo lo relacionado con el vehículo estaba en regla.
A posteriori, la Fiscalía actuó a petición de los policías, donde se presentaron otras seis personas que dijeron ser miembros de Citizen Go y que dijeron ser responsables del estampado con los mensajes políticos. Los seis fueron conducidos a comisaría, donde quedaron bajo arresto, indicó Le Parisien. Los seis miembros de CitizenGO, junto al conductor del autobús, “fueron trasladados de una comisaría a otra, siendo tratados de manera humillante y privados de comunicación con el exterior”, según denuncian en un comunicado remitido por la ONG antes mencionada a los medios.
“Los Juegos Olímpicos de París serán recordados por su constante ofensa al cristianismo y la fe, a los valores fundacionales de Europa y Occidente” -Ignacio Arsuaga
En Francia, participar en una manifestación no declarada está sancionado con una multa. Más grave es organizar una manifestación sin informar a la autoridad, ya que teóricamente se corre el riesgo de recibir una condena de hasta seis meses de cárcel y 7.500 euros de multa.
Para CitizenGO, este suceso es “de extremada gravedad” y supone “un nuevo ataque a la libertad religiosa y a los cristianos, tal y como ocurrió en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos”.
Ignacio Arsuaga, presidente de CitizenGO, adelantó que demandarán al presidente de la República de Francia, Emmanuel Macron, a la Fiscalía General del país y a la Gendarmería. Además señaló que “los gobiernos woke se están volviendo cada vez más totalitarios” y que lo sufrido por los miembros de su organización revela “que la ideología woke pretende acabar con los símbolos cristianos”.
Para el activista “los Juegos Olímpicos de París serán recordados por su constante ofensa al cristianismo y la fe, a los valores fundacionales de Europa y Occidente”.
En el video siguiente se puede apreciar como el autobús fue escoltado en el momento de la detención de su chofer y seis activistas más.