Una mayoría de cristianos practicantes, incluidos pastores, admiten ver pornografía y un gran porcentaje dice que se siente cómodo con el hábito, según un nuevo estudio.
En el informe de investigación publicado recientemente por Barna, y llamado Beyond the Porn Phenomenon (Más allá del fenómeno de la pornografía), elaborado en colaboración con Pure Desire Ministries, los investigadores descubrieron que el uso de pornografía es muy frecuente entre todos los grupos demográficos y que la brecha en su uso entre cristianos y no cristianos, así como entre hombres y mujeres, se ha reducido en los últimos ocho años.
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Aunque se descubrió que los cristianos practicantes todavía ven pornografía con menos frecuencia que los no cristianos, la brecha entre ambos grupos era de solo 14 puntos porcentuales. Alrededor del 54% de los cristianos informaron que ven pornografía en comparación con el 68% de los no cristianos.
En general, el 75% de los hombres cristianos y el 40% de las mujeres cristianas informaron que consumen pornografía en algún nivel.
“A pesar de la posición de la Iglesia contra la lujuria en general, parece que se ha avanzado poco en disuadir a muchos de quienes ocupan los bancos de las iglesias sobre el consumo de pornografía en particular”, dijeron los investigadores. “La brecha entre las creencias profesadas y el comportamiento real plantea dudas sobre la eficacia de los enfoques actuales dentro de las comunidades religiosas”.
El estudio señaló que en los últimos ocho años desde que se publicó el informe por primera vez, el rápido cambio en el panorama cultural y digital ha agravado los problemas en la Iglesia con la pornografía y el comportamiento sexual no deseado.
“Beyond the Porn Phenomenon representa un llamado aleccionador para darnos cuenta de que nuestra lucha colectiva no ha mejorado, a pesar de algunos pasos iniciales para traer salud a la Iglesia. El cristiano promedio no está experimentando libertad en esta área: el 75 por ciento de los hombres cristianos y el 40 por ciento de las mujeres cristianas informan que ven pornografía al menos ocasionalmente”, dijo Nick Stumbo, director ejecutivo de Pure Desire Ministries, y señaló que las estadísticas de uso de pornografía entre los adultos más jóvenes de hoy, la Generación Z, “son aún peores”.
“Lo que puede ser más preocupante es que más de la mitad de los cristianos que usan pornografía dicen que se sienten cómodos con ello. La realidad para aquellos que luchan en la Iglesia es que ellos también a menudo se sienten solos. Cuando se les pregunta: ‘¿Quién te está ayudando en tu lucha contra la pornografía?’, un asombroso 82 por ciento de los cristianos dice ‘nadie’. El aislamiento es el patio de recreo del enemigo”, dijo Stumbo.
El líder de Pure Desire Ministries dijo que la Iglesia debe ser el lugar donde la gente pueda liberarse de este hábito problemático que muchos cristianos ahora han aceptado.
En general, alrededor del 62% de las personas encuestadas en el estudio expresaron que estaban cómodas con su nivel de consumo de pornografía. Otro 16% dijo que tenía algunas reservas al respecto, pero que consideraban aceptables niveles moderados de uso. Este grupo aún deseaba no consumir pornografía con tanta frecuencia.
El estudio destacó además lo cómoda que se ha vuelto la gente con la pornografía, ya que solo el 14% expresó el deseo de abandonar el hábito por completo.
La Generación Z, aquellas personas nacidas entre 1999 y 2015, fueron las menos propensas a decir que se sentían cómodas con el uso de pornografía.
Casi la mitad, el 49%, de los cristianos practicantes que también son usuarios de pornografía dijeron que se sentían cómodos con su nivel de uso en comparación con el 73% de los no cristianos. Otro 21% expresó el deseo de abstenerse por completo.
Aun así, la mayoría de los adultos estadounidenses creen que el uso regular de pornografía, que la mayoría usa para excitarse, no tiene impacto en su salud sexual general y afirman que pueden ver pornografía regularmente y vivir una vida sexualmente saludable.
"Esta opinión es sostenida con mayor fuerza por los hombres (75% de acuerdo) que por las mujeres (59%). Los cristianos practicantes son menos propensos a estar de acuerdo, en comparación con la población general. Aún así, más de la mitad de los cristianos practicantes (55%) están de acuerdo en que una persona puede ver pornografía regularmente y vivir una vida sexualmente saludable", señalaron los investigadores. "Además, la mayoría de los adultos estadounidenses (60%) están de acuerdo en que ver pornografía puede mejorar la vida sexual de una persona. Este sentimiento es compartido por casi la mitad de los cristianos practicantes (48%)”.
Además de usar pornografía para excitación personal, los cristianos informaron que adquirieron este hábito para crear un ambiente romántico con su pareja.
“Los cristianos no practicantes y los no cristianos tienen más probabilidades que los cristianos practicantes de usar pornografía porque están aburridos o porque la encuentran entretenida. Sin embargo, quizás más interesantes sean otras motivaciones que no difieren significativamente entre los grupos religiosos: los cristianos y los no cristianos tienen la misma probabilidad de atribuir su uso de pornografía a la curiosidad, la búsqueda de consejos sexuales o el alivio del estrés y la ansiedad”, señalan los investigadores.
Para ayudar a las iglesias a abordar el problema de la pornografía entre los feligreses, los investigadores alentaron a los líderes a, entre otras cosas, asociarse con expertos, priorizar la educación y la concienciación y “crear espacios seguros para que las personas sean sinceras”.
“En última instancia, la Iglesia está destinada a ser una fuente de esperanza para las personas que enfrentan todo tipo de desafíos en la vida, incluidas las luchas con la pornografía. “Si se aborda este problema de frente, con cuidado, comprensión y apoyo práctico, las iglesias pueden cumplir su papel como lugares de sanación y restauración”, dijeron. “Incluso los pequeños pasos hacia la apertura y el apoyo pueden tener un impacto significativo en las vidas de quienes luchan”.
Publicado originalmente en The Christian Post en español.