La joven viuda de un cristiano asesinado por su fe en el estado indio de Chhattisgar, vive atemorizada un mes después de haber huido para salvar su vida.
"Vi cómo mataban a mi esposo delante de mis ojos", cuenta Jime Kawasi, cuyo esposo, Kosa Kawasi, de 22 años, fue asesinado en el distrito de Bastar el pasado 4 de mayo. "Me agredieron, pero de algún modo conseguí escapar. Sigo temiendo que los asesinos de mi esposo me encuentren y me maten".
Jime huyó de otra aldea y se refugió en una casa alejada del lugar del asesinato. Las otras cinco familias cristianas del pueblo, incapaces de encontrarla, huyeron el mismo día, incluidos sus padres ancianos y niños pequeños.
Furiosos con Kosa Kawasi lo mataron después de que los aldeanos obligaran a las familias que tienen miembros cristianos a participar en las ofrendas de las fiestas tribales a los dioses locales, según las fuentes.
Una turba de unos 20 aldeanos, entre ellos el tío de Kosa, Dasru Kawasi, y su prima, Madiya Kawasi, fueron a su casa a las 10 de la mañana y empezaron a discutir con él, diciéndole que renunciara a Cristo, declaró el líder cristiano de la zona, Santosh Mandavi. Cuando Kosa se negó, empezaron a agredirle a él y a su esposa.
"Golpearon a la pareja con palos de madera, les dieron patadas y puñetazos", relató Mandavi. Cuando Kosapersistió en su fe, "su tío y su primo lo apuñalaron con el cuchillo tres veces en el estómago".
La esposa y el hermano menor de Kosa consiguieron rescatarlo, lo llevaron a la carretera y llamaron a una ambulancia, pero mientras esperaban, algunos miembros de la turba intentaron degollarlo, explicó Mandavi.
"El hermano de Kosa y su mujer volvieron a salvarle y siguieron llevándole con cuidado lejos de la feroz turba", dijo.
Su tío y su primo cogieron entonces un hacha y golpearon a Kosa en la cabeza, matándolo al instante, dijo Mandavi. La policía llegó al cabo de una hora y se llevó el cadáver.
El hermano de Kosa, Hidma Kawasi, también es cristiano, y había huido cuando la turba, liderada por su tío y su prima, se acercó previamente a su casa.
"Afortunadamente, Hidma también huyó y sigue vivo, aunque la turba derribó su casa destruyéndola por completo", declaró una fuente local a Morning Star News.
Meses antes, Kosa Kawasi se enfrentó a una inmensa presión por parte de familiares y aldeanos, incluidas amenazas de muerte, si se negaba a renunciar a Cristo y volver al hinduismo, dijo la fuente.
A pesar de las repetidas denuncias de Kosa ante la comisaría con respecto las amenazas contra su vida y la de otros cristianos, las autoridades no tomaron ninguna medida y se negaron a presentar un informe, según la fuente.
Mandavi asegura que vio a la policía dispersa por todo el pueblo. El jefe de la comisaría le informó de que Jime Kawasi estaba ingresada en un hospital público de la ciudad de Dantewada, a 28 millas de distancia, por las heridas que sufrió en el asalto.
"Cuando me reuní con ella, estaba aterrorizada", dice Mandavi. "Me narró todo el incidente y la brutalidad con la que mataron a su marido".
Al día siguiente del ataque, la policía detuvo a Dasru Kawasi y Madiya Kawasi acusados de homicidio, pero no se produjeron más detenciones, dijo Mandavi.
Publicado originalmente en The Christian Post con información de Morning Star News.