Tras publicar la Declaración de Seúl justo antes del comienzo del IV Congreso de Lausana sobre Evangelización Mundial, celebrado en Incheon (Corea) del 22 al 28 de septiembre, el equipo de redacción del documento ajustó dos párrafos que hablan de la respuesta de la Iglesia a la homosexualidad. Un portavoz comentó que es posible que se introduzcan más cambios menores.
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En el primero de los dos párrafos, la nueva versión cambió la redacción que hablaba de “muchas iglesias” y ahora se refiere simplemente a “comunidades cristianas”. También se han eliminado las referencias a “ignorancia y prejuicios”, “discriminación e injusticia” y “daño”, al tiempo que se mantiene la necesidad de arrepentimiento por la deficiencia de algunas iglesias que no han tratado con amor a hermanos y hermanas en Cristo que sienten atracción por personas del mismo sexo.
Párrafo 69 publicado el 22 de septiembre:
Reconocemos que un número de personas, tanto dentro como fuera de la iglesia, experimentan atracción por el mismo sexo, y que para algunos, ésta es la única atracción o la dominante. La insistencia bíblica en que los cristianos deben resistir la tentación y mantener así la santidad sexual, tanto en el deseo como en el comportamiento, se aplica tanto a las personas con atracción heterosexual como a las personas con atracción hacia el mismo sexo. Reconocemos, sin embargo, que los cristianos que se sienten atraídos por personas del mismo sexo enfrentan desafíos en muchas iglesias locales debido a la ignorancia y el prejuicio, y en consecuencia han sufrido discriminación e injusticia dentro de las comunidades cristianas. Nos arrepentimos de nuestros fallos y lamentamos el daño que esto ha causado a nuestros hermanos y hermanas en el cuerpo de Cristo.
Nueva versión del párrafo 69:
Reconocemos que un número de personas, tanto dentro como fuera de la Iglesia, experimentan atracción por personas del mismo sexo, y que para algunos, ésta es la única atracción o la dominante. La insistencia bíblica en que los cristianos deben resistir la tentación y mantener así la santidad sexual, tanto en el deseo como en el comportamiento, se aplica tanto a las personas con atracción heterosexual como a las personas con atracción hacia el mismo sexo. Reconocemos, sin embargo, que los cristianos que se sienten atraídos por personas del mismo sexo enfrentan desafíos incluso en las comunidades cristianas. Nos arrepentimos de nuestra falta de amor hacia nuestros hermanos y hermanas en el cuerpo de Cristo.
Mientras tanto, sólo se ha cambiado una palabra en el párrafo 70. La nueva versión suprime la palabra “fieles” al referirse a los creyentes que experimentan atracción por personas del mismo sexo.
Párrafo 70 publicado el 22 de septiembre:
Instamos a los líderes cristianos y a las iglesias locales a reconocer dentro de nuestras comunidades la presencia de fieles creyentes que experimentan atracción por personas del mismo sexo, y a apoyarles en su discipulado mediante la atención pastoral y el desarrollo de comunidades sanas de amor y amistad.
Nueva versión del párrafo 70:
Instamos a los líderes cristianos y a las iglesias locales a reconocer en nuestras comunidades la presencia de creyentes que experimentan atracción por personas del mismo sexo, y a apoyarles en su discipulado mediante la atención pastoral y el desarrollo de comunidades sanas de amor y amistad.
Christian Daily Korea informó que hubo reacciones de la comunidad religiosa de Corea en relación con los párrafos en cuestión, diciendo que “algunas iglesias locales o comunidades cristianas pueden haber hecho mal a los homosexuales, pero esto lo presenta como si muchas iglesias locales y comunidades cristianas hubieran hecho mal, aunque la mayoría de las iglesias locales y comunidades cristianas no lo hayan hecho”.
Sin embargo, preguntado por Christian Daily International sobre el cambio durante la conferencia de prensa del martes, el portavoz de Lausana dijo que, de hecho, la edición debía haberse hecho antes de la publicación de la declaración de Seúl, calificándola de “descuido”. También añadió que “el ajuste no fue significativo”.
“Como en cualquier proceso editorial, puede haber cambios”.
La publicación de la Declaración de Seúl antes y no después del acto suscitó las dudas de algunos participantes, que se declararon sorprendidos. La publicación de la Declaración pocas horas antes del comienzo del evento no dio tiempo a los participantes a estudiar el documento de 20 páginas y 97 párrafos.
Tampoco estaba claro cómo se procesarían las reacciones que surgirían de los debates e interacciones de los miles de participantes en el Congreso, de modo que se sintieran dueños del documento, que debido a su nombre probablemente será considerado por el gran público como un reflejo de la opinión colectiva del Congreso.
Anticipándose probablemente a estas preocupaciones, el Director del Programa, David Bennett, explicó durante la primera conferencia de prensa celebrada antes de la ceremonia de apertura que, a diferencia de sus predecesoras que fueron publicadas después del evento, la declaración pretende “informar e inspirar” las deliberaciones de los participantes a lo largo del encuentro, más que resumir lo debatido.
Como ya informó Diario Cristiano, Bennett subrayó que el propósito de la Declaración de Seúl no es ser una nueva respuesta aislada a los retos misioneros a los que se enfrenta la Iglesia mundial en la actualidad.
Por el contrario, “forma parte de una colección más amplia de documentos clave dentro del Movimiento de Lausana, basándose en el legado del Pacto de Lausana, el Manifiesto de Manila y el Compromiso de Ciudad del Cabo. Está diseñado no para sustituir, sino para complementar estos documentos fundacionales, proporcionando nuevas perspectivas sobre los desafíos teológicos y misioneros contemporáneos”.
El portavoz de Lausana añadió en sus comentarios sobre los ajustes, que hay conversaciones más amplias sobre temas que preocupan específicamente a la Iglesia coreana, y que por lo tanto “anticiparía que puede haber más cambios”.
“No es la declaración del Congreso, no es uno de los documentos fundacionales en los que basamos todo. Y por eso, como en cualquier proceso editorial, puede haber cambios, pero esos cambios no son sustanciales ni significativos, al menos desde una perspectiva editorial”.
“Recordemos que siempre hay personas en la sala que luchan con este tema”
El tema de la sexualidad humana y la revolución sexual que marca la cultura secular de hoy sigue planteando un desafío a muchos pastores y líderes de la Iglesia que buscan responder bíblica y pastoralmente a quienes luchan con su atracción o identidad sexual.
Durante la sesión plenaria del Congreso, celebrada el lunes por la tarde bajo el lema Recompromiso - Llamando a la Iglesia Mundial hacia la Fidelidad en Palabra y Obra, Vaughan Roberts, rector de la Iglesia de San Ebbe en Oxford, abordó la cuestión de la homosexualidad, afirmando que ésta no va de acuerdo con el designio de Dios. Pero como alguien que luchó contra la atracción hacia personas del mismo sexo, también desafió a los líderes cristianos a considerar cómo hablan de estos temas en público y en la iglesia.
“Cuando hablamos de estos temas en la iglesia, ¿recuerdas siempre que las personas de las que hablas están en la sala? ¿El tono y la manera de hablar les invita a ser honestos y abiertos, o les obliga a un aislamiento secreto y solitario?”, recordó a los miles de participantes.
“Entonces, ¿cómo debemos responder a la revolución sexual?”, preguntó. “Debemos responder con Cristo. No se limiten a predicar la moralidad. Ciertamente, no prediquen sólo condenación. Prediquen y vivan a Cristo para gloria de Su nombre”.
Publicado originalmente en Christian Daily International, versión en inglés de Diario Cristiano Internacional.