A través de la agencia ONU Mujeres que desarrolla programas y políticas con el fin de defender los derechos humanos de las mujeres y garantizar que alcancen su pleno potencial, la Organización de las Naciones Unidas hizo un llamado a las feministas mediante un artículo en su página web para que defiendan la causa homosexual/transgénero frente a lo que denominan grupos “anti-derechos”.
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El organismo advierte del auge de los movimientos “anti-derechos” y de sus recientes éxitos a la hora de separar las cuestiones homosexuales/transgénero del feminismo dominante. Además insta a las feministas a “impulsar y actuar colectivamente para proteger y promover la igualdad y los derechos de las personas LGBTIQ+”.
El artículo menciona su preocupación por recientes acontecimientos en países que estaban a la "vanguardia" de las políticas progresistas en materia de transexualidad. Naciones tales como Inglaterra, Francia, Alemania y Suecia, ahora están prohibiendo las cirugías y los tratamientos transexuales para menores, y siendo testigos de esfuerzos por proteger los espacios exclusivos para mujeres de personas que se "identifican" como transexuales. Eso incluye los baños, las prisiones y las ligas deportivas.
“Persiste una discriminación importante", dice el informe de ONU Mujeres. "Se estima que 2.000 millones de personas viven en contextos en los que se criminalizan las relaciones consensuales entre personas del mismo sexo, y al menos 42 países criminalizan específicamente las relaciones consentidas entre mujeres. Las personas transgénero, y especialmente las mujeres transgénero, están penalizadas bajo estas y otras leyes discriminatorias”, sentencia.
Ante esta serie de derrotas, ONU Mujeres sostiene ahora que “trabajar por los derechos humanos de las personas LGBTIQ+ es indivisible de trabajar por los derechos de las mujeres y la igualdad de género”, y que la igualdad sólo puede lograrse a través de “un movimiento feminista amplio e interseccional” que incluya a los grupos denominados no binarios.
Para este el organismo los principales culpables de estas derrotas son los grupos pro-familia, calificados de “anti-derechos” porque “enmarcan la igualdad para las mujeres y las personas LGBTIQ+ como una amenaza a los llamados valores familiares ‘tradicionales'” e “intentan denotar los derechos humanos de las personas transgénero como opuestos a los derechos de las mujeres”.
La agencia advierte que tales grupos promueven un “pánico moral que asocia falsamente a las personas LGBTIQ+ con la enfermedad mental y la perversión” y que introducen “creencias reaccionarias en la corriente dominante”.
ONU Mujeres se opone específicamente a cómo los grupos pro-familia pues, según ese organismo, “describen los movimientos LGBTIQ+ como influencias adoctrinadoras que buscan corromper y sexualizar a los jóvenes”. Además sostiene que los grupos provida avivan “temores sobre el futuro de la sociedad” y acusan a “los movimientos feministas y LGBTIQ+ de amenazar a la propia civilización”.