El Comité Judío Americano anunció a principios de agosto una donación de $25.000 para reparar la Iglesia de la Sagrada Familia en la ciudad de Gaza, facilitada por el Cardenal Timothy Dolan, Arzobispo de Nueva York. El bienvenido gesto llega después de un mes de tumulto en la relación entre Israel y el mundo cristiano.
La Sagrada Familia, la única iglesia católica en Gaza, fue alcanzada por un ataque israelí el 17 de julio que trágicamente mató a tres civiles que se refugiaban allí, lo que provocó críticas al gobierno israelí incluso de aliados incondicionales como el presidente Trump. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) emitieron una inusual disculpa pública posteriormente, indicando que el ataque fue accidental y que la iglesia no era un objetivo, y anunciaron después de una investigación que un proyectil de mortero errante había alcanzado la iglesia. Israel refinó aún más sus protocolos para actividades cerca de lugares religiosos.
El Primer Ministro Benjamin Netanyahu llamó al Papa Leo para disculparse por el ataque e incluso otorgó un acceso excepcional a Gaza a líderes cristianos, incluyendo al Patriarca de la Iglesia Católica, el Cardenal Pizzaballa, quien admirablemente mostró su compromiso con su rebaño después del incidente. Sin embargo, Pizzaballa insinuó repetidamente que el ataque fue deliberado antes de cualquier investigación adicional, reflejando la desconfianza que ha crecido en algunos círculos cristianos hacia Israel.
Hablando objetivamente, el ataque a la Sagrada Familia fue uno de los mayores desastres de relaciones públicas que Israel ha enfrentado ante el público cristiano estadounidense en el transcurso de la guerra en Gaza, y se produce en medio de una serie de incidentes que podrían abrir una brecha entre Israel y los cristianos, tanto cercanos como lejanos.
Las tensiones estallaron entre los colonos israelíes y los palestinos en el transcurso de julio en Taybeh, la única ciudad completamente cristiana en Cisjordania. Los informes iniciales de noticias de que una iglesia había sido incendiada fueron desmentidos, pero se produjeron incendios entre el 7 y el 11 de julio que provocaron la ira del clero cristiano local y del embajador de Estados Unidos en Israel, Mike Huckabee. Se discutió si los israelíes o los palestinos iniciaron los incendios, pero los líderes de la iglesia culparon a los colonos israelíes, y otro ataque en la madrugada del 28 de julio provocó reacciones similares.
Un mayor conflicto entre Israel y la comunidad cristiana, ya sea en Israel, Palestina o en cualquier otro lugar, podría poner en peligro el apoyo global a Israel y las perspectivas de paz a largo plazo. Los cristianos en Occidente, especialmente en Estados Unidos, son una razón importante para el amplio apoyo al derecho de Israel a existir y a defenderse.
Esto se basa en una historia compartida entre los cristianos y el pueblo judío, así como en las normas occidentales compartidas que prevalecen tanto en Estados Unidos como en Israel. Aunque Israel es una nación soberana, no existe en el vacío, y el inmenso papel que juegan los cristianos estadounidenses en la defensa de Israel debe ser reconocido. Y si bien gran parte del aparente problema cristiano de Israel es, desafortunadamente, el resultado de un sesgo antiisraelí en la prensa y entre ciertos grupos, a Israel le conviene aclarar las cosas.
En Estados Unidos, hemos visto crecer el antisemitismo en la izquierda, pero también hay un contingente antisemita pequeño pero creciente en la derecha ostensiblemente cristiana. Promueven una imagen de persecución generalizada de cristianos por su fe por parte de Israel o los judíos, a pesar de la poca evidencia de que esto suceda a gran escala.
Se basan en tragedias aisladas como el ataque a la Sagrada Familia para sugerir que los judíos están obsesionados con matar cristianos. Destacan el mal comportamiento de individuos o pequeños grupos de judíos, como los judíos ultraortodoxos en Jerusalén que escupen al clero y a los feligreses cristianos, un comportamiento que se limita a una pequeña comunidad y que ha sido procesado y condenado regularmente cuando ocurre.
La tendencia del antisemitismo es inaceptable, y la responsabilidad final recae en quienes lo perpetran, pero el liderazgo israelí sería imprudente si no hiciera todo lo posible para controlar el comportamiento anticristiano cuando ocurre, particularmente porque algunos de los aliados nacionales de Netanyahu parecen mal preparados para gestionar la relación de Israel con los cristianos en el país y en el extranjero.
Sin embargo, ya se han dado algunos pasos prometedores en Israel. El 16 de julio, el Rabino Jefe Ashkenazi de la nación y el Presidente del Consejo del Rabinato Principal declararon que el abuso del clero cristiano es "absolutamente prohibido" y señalaron correctamente que "socava y destruye cualquier cooperación entre los residentes de Israel". Y algunos judíos y cristianos estadounidenses han tomado sus propias medidas para reparar las relaciones, como lo demuestra el regalo del Comité Judío Americano a la Iglesia de la Sagrada Familia, que viene con el reconocimiento de la asistencia de la Arquidiócesis Católica de Nueva York en la reconstrucción de hogares destruidos en los ataques de Hamás en Israel el 7 de octubre de 2023.
Perder terreno significativo con los cristianos a nivel mundial, especialmente en Estados Unidos, sería un golpe enorme para la propia capacidad de Israel de mantenerse seguro en un vecindario peligroso. Y aunque algunos siempre se mantendrán escépticos, Israel se beneficiará al ser un socio lo más fuerte posible para sus aliados cristianos.
Mike Viola es becario de Historia y Paz de Oriente Medio en Young Voices y un futuro candidato a MBA. Su trabajo ha aparecido en publicaciones como el Chicago Tribune, National Review y National Interest. Sígalo en X y Substack: @mikeviola.
