La exclusión y la existencia de grupos cerrados son las razones más comunes por las que los estadounidenses no quieren involucrarse más en sus iglesias y lugares de culto, a pesar de que la mayoría no relata ninguna experiencia negativa con sus congregaciones, según sugiere una nueva encuesta.
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La Sociedad Bíblica Americana publicó la semana pasada, el quinto capítulo de su informe "Estado de la Biblia en Estados Unidos 2024". La última entrega se centra en la participación de los estadounidenses en las comunidades de culto y en los factores que los llevan a aumentar o disminuir su participación en sus propias congregaciones.
Los datos se basan en las respuestas recopiladas de 2.506 adultos de Estados Unidos entre el 4 y el 23 de enero de 2024. La muestra tiene un margen de error de ±2,73 puntos porcentuales.
Cuando se les preguntó qué experiencias positivas aumentan su "nivel de participación en una iglesia, templo o comunidad religiosa", los encuestados recibieron nueve respuestas para elegir.
Alrededor del 42% dijo que no participaba en ninguna de esas comunidades, a pesar de que la proporción de encuestados sin afiliación religiosa representaba el 26% de la muestra, lo que sugiere un grupo demográfico "nominal" que se identifica con una religión pero no participa en ella.
"Cuando los feligreses sienten que pertenecen, participan más. Y cuando se sienten excluidos por los grupitos cerrados, se alejan" -John Farquhar Plake
Entre los que dijeron que sí participan en comunidades religiosas, el 55% identificó un "sentimiento de comunidad y pertenencia" como un factor que los hizo querer involucrarse más con sus comunidades religiosas. El 53% citó "creencias espirituales y fe compartidas", mientras que el 51% afirmó "significado y propósito" como factores que los hicieron querer aumentar su participación en sus comunidades religiosas.
Entre los motivos menos comunes que llevan a una mayor participación en la comunidad religiosa entre los feligreses se encuentran el "culto y las ceremonias" (48%), la "educación y el aprendizaje religioso" (38%), una "tradición cultural o familiar" (29%), el "servicio comunitario y alcance" (27%) y una "conversión o experiencia religiosa" (24%).
La mayoría (52%) de los encuestados, tanto los que pertenecían a una comunidad religiosa como los que no, no informaron de ninguna "experiencia negativa" en una "iglesia, templo o comunidad religiosa" que les hiciera disminuir su "nivel de participación". Sin embargo, la "experiencia negativa" más comúnmente citada que alejaba a las personas de sus congregaciones era una apariencia de "exclusión o grupitos dentro de la comunidad religiosa", informada por el 20% de los encuestados.
Otros factores que llevaron a las personas a "disminuir su participación en la iglesia" incluyen "juicio o condena por mis creencias o elecciones de estilo de vida" (19%), "desacuerdos con las enseñanzas bíblicas o comentarios sociales" (18%), "impropiedades financieras o explotación" (14%), conflictos que no se resolvieron satisfactoriamente" (12%), "manipulación o abuso espiritual" (11%), falta de recibir la atención suficiente cuando fue necesario (7%) y sensación de inseguridad (5%).
"Si bien algunos pueden sentirse tranquilos de que 'solo' alrededor de una quinta parte de la población mencionó los grupitos cerrados o los juicios, esto representa a unos 50 millones de estadounidenses que dijeron participar menos en una comunidad de fe por estas razones", afirmó el informe.
El director de innovación de la Sociedad Bíblica Americana y editor en jefe de la serie "Estado de la Biblia", John Farquhar Plake, insistió en que las congregaciones "se beneficiarían de nuestra investigación a nivel nacional sobre lo que a la gente le gusta y le disgusta de sus iglesias".
"Las principales respuestas, tanto positivas como negativas, tienen que ver con la pertenencia", dijo Plake en una declaración. "Cuando los feligreses sienten que pertenecen, participan más. Y cuando se sienten excluidos por los grupitos cerrados, se alejan".
¿Acaso estos miembros de la iglesia fueron excluidos en el pasado? cuestiona el informe.
La Generación X, definida como el grupo de estadounidenses nacidos entre 1965 y 1980, fue la más propensa a declarar la exclusión o existencia de grupos cerrados en su iglesia o comunidad religiosa que les apartaron en cierta medida (24%), mientras que un porcentaje casi idéntico de encuestados millennials (23%) dijo lo mismo. El informe define a los millennials como adultos nacidos entre 1981 y 1996.
Un porcentaje menor de adultos nacidos en 1964 o antes (20%) y la Generación Z (19%), nacidos entre 1997 y 2012, reconocieron también a los grupos cerrados y la exclusión como factores que los alejaban de sus comunidades religiosas. Un porcentaje mayor de encuestados masculinos (23%) mencionó esos factores como una preocupación en relación a sus contrapartes femeninas (20%).
Los grupos cerrados y la exclusión fueron percibidas con mayor frecuencia como una preocupación en los suburbios (23%), seguidas de las grandes ciudades con al menos 250.000 habitantes (22%), las ciudades con entre 30.000 y 250.000 habitantes (20%), las áreas rurales (20%) y las ciudades pequeñas con poblaciones que van desde 5.000 a 30.000 (19%). Las opiniones sobre la existencia de grupos cerrados dentro de las congregaciones no difirieron drásticamente en función de los niveles de interacción con las Escrituras.
El veintidós por ciento de los que se involucran con las Escrituras (aquellos que puntúan al menos 100 en una Escala de Interacción con las Escrituras que examina la "frecuencia de uso de la Biblia y el impacto y la centralidad [de] su mensaje" en sus vidas) identificaron los grupos cerrados o la exclusión como algo que les hace tener menos deseo de involucrarse con sus congregaciones.
El mismo porcentaje de los que no se involucran con la Biblia (aquellos que puntúan menos de 70 en la Escala de Interacción con las Escrituras) informaron la misma experiencia.
"Los comprometidos con las Escrituras tienen menos problemas con la iglesia, excepto en dos áreas: los grupos cerrados y conflictos no resueltos", dice el informe. "El problema más mencionado por todos en la encuesta, 'exclusión y grupos cerrados, recibe quejas tanto de los comprometidos como de los no comprometidos (ambos con un 22%)."
El estudio encontró que los encuestados que dicen ser voluntarios en su iglesia son más propensos a destacar cosas positivas sobre esa institución. El sesenta y ocho por ciento de los voluntarios enumeraron "sentimiento de comunidad y pertenencia" como aspectos positivos de su iglesia, en comparación con el 55% del público en general.
"Los voluntarios, en general, tienen menos quejas sobre la iglesia que los no voluntarios, excepto por el tema de la 'exclusión o grupos cerrados' (mencionada por el 24% de los voluntarios, en comparación con el 21% de los no voluntarios)", añade el informe. "Recuerde que estas quejas se basan en la experiencia personal, lo que sugiere todo tipo de historias de fondo. ¿Acaso estos miembros de la iglesia fueron excluidos en el pasado? ¿O su preocupación por los grupos cerrados los impulsa a involucrarse y a dar la bienvenida a todos?"
Para el resto del año, está previsto que se publique un capítulo adicional del informe "El Estado de la Biblia" en cada uno de los meses restantes. Se espera que el producto final, cuya publicación está prevista para finales de año, tenga nueve capítulos.
Publicado originalmente en The Christian Post en español.