Una de las batallas que el progresismo celebra es la instauración de la ideología de género y la imposición de la diversidad de género en el lenguaje "inclusivo" y en las instituciones. Gobiernos y gobernantes han comenzado a incluir una categorización cada vez más amplia para dejar de lado el sexo masculino y femenino. Términos contradictorios como “hombre gestante” o redundantes como “mujer gestante” pululan en pos de la inclusión.
En Argentina y en Perú algo comienza a cambiar. En ambos países, con un día de diferencia en sendos Congresos Nacionales dos discursos, dos aseveraciones y dos proyectos intentan dar fin a un vilipendio por la identificación binaria hombre-mujer.
Por un lado, la congresista Milagros Jáuregui de Aguayo, planteó ante el Congreso de la República de Perú una “Nueva Ley de Igualdad de Oportunidades para Mujeres y Hombres”.
La misma busca precisar que la norma es aplicable para mujeres y hombres, evitando la referencia a otros géneros, los cuales no están comprendidos en los alcances de la ley. La propuesta modifica toda referencia a “igualdad de género”, enmendándola con el término “igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres”, que fue la intención inicial del legislador, cuando se propuso y debatió la referida ley.
El proyecto propone que se modifique “la Educación Sexual integral, por Educación Sexual Científica, Biológica, Ética y con Valores”. De igual manera se dispone que el sistema de justicia capacitará a jueces y fiscales “en temas de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres”, en lugar de capacitación en temas de género.
Además, se prohíbe de forma expresa que dicha capacitación sea realizada por organizaciones no gubernamentales (ONGs) cuyos miembros litiguen en los mismos juzgados que capacitan con el fin de evitar un claro conflicto de intereses.
Por otro lado, en Argentina, el ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona, dijo ante la comisión de Mujeres y Diversidad de la Cámara de Diputados, que el Gobierno de Javier Milei “rechaza la diversidad de identidades sexuales que no se alinean con la biología”.
El ministro que había sido convocado por el cierre de la Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género y para abordar políticas públicas en materia de géneros y diversidades dijo: “Se acabó sólo el género. Nosotros vamos por otros valores. Nosotros vamos por la familia. La familia es el centro de la sociedad y la educación", remarcó Cúneo Libarona.
Luego enumeró los "valores tradicionales familiares", en la perspectiva del Gobierno de Javier Milei. “El amor, la unión, el trabajo, el estudio, la solidaridad, la igualdad ante la ley, la igualdad de trato, promover los símbolos patrióticos, respetar y honrar a nuestros próceres", continuó con una lista de conceptos que fueron expuestos a lo largo de su ponencia.
"Nosotros vamos por la familia. La familia es el centro de la sociedad y la educación" - Mariano Cúneo Libarona
Ante el murmullo generalizado señaló: "Esto está en la Constitución, la Biblia, el Corán, la ciencia, la naturaleza del ser humano”. Y citó un discurso del presidente Milei. "La violencia es violencia —comenzó a leer del discurso presidencial— sin importar el género destinatario". Y precisó: "La primera de estas batallas ridículas fue la pelea entre el hombre y la mujer", parafraseó.
Además indicó que "no creemos que la solución sea gastar millones de pesos en cursos o cuestiones que han probado su ineficacia, o en empleos y empleados. Este gobierno va a ser implacable con los agresores. Basta de garantismo falso y de defensa de los delincuentes. Más violencia, más penas, sin métodos alternativos de solución de conflictos".