En Maturín, Estado de Monagas, Venezuela, se llevó a cabo un festival para la familia en alianza con la Asociación Evangelística Billy Graham (BGEA por sus siglas en inglés). Cientos de iglesias locales de muchas denominaciones evangélicas trabajaron y oraron juntas durante meses para preparar el festival, que incluyó un evento infantil.
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El pastor mexicano, David Ruiz expresó concretamente que 776 iglesias de Monagas fueron las que trabajaron más arduamente en la preparación de lo que fue el Festival para la Familia que a finales del mes pasado. Previamente se desarrollaron eventos evangelísticos similares en Táchira, Apure, Bolívar, Aragua, Lara, Margarita, Carabobo, Mérida y más de medio millón de personas asistieron para disfrutar del buen entretenimiento y en especial del mensaje de fe.
Ruiz además hizo referencia a que “más de mil cien pastores del Estado, nos reunimos para orar, estudiar la Palabra, compartir juntos todo el procedimiento de la actividad y el jueves asistieron más de 2.000 jóvenes". Fueron “dos días cargados de alegría y de gozo”, señaló.
El festival contó con la participación musical de Nadia, Israel García, Grupo Rescate y Jahaziel, en el Estadio Monumental de Maturín.
”Me di cuenta que necesitaba arrepentirme y venir a Dios". --Joanna
Entre los testimonios recogidos por BGEA resalta el de Joanna (nombre ficticio para salvaguardar su privacidad), quien “llevaba mucho tiempo luchando contra la depresión. Su último novio la había herido profundamente, maltratándola y diciéndole que no era bonita. Esos comentarios burlones llevaron a Joanna a dudar de su propio valor como persona”, según dice la página oficial del ministerio.
“Al conocer algunas de las luchas personales de su amiga y vecina, Lisbeth comenzó a orar fervientemente por Joanna y la invitó varias veces a la iglesia. Joanna parecía abierta a la idea y asistió un par de veces, pero al ser madre soltera y la única proveedora de su hijo, rara vez tenía tiempo para ir”, cuenta el relato.
La historia es apasionante y demuestra la fe de Lisbeth quien nunca dejó de orar y tuvo la oportunidad de ver cómo Dios respondió a sus oraciones cuando Joanna entregó su vida a Cristo en el Festival de la Familia.
En la clausura del evento el día domingo, Joanna escuchó por primera vez que Dios es un Padre que la ama, y que Él la estaba llamando a venir, experimentar Su amor y encontrar el perdón a sus pecados. “No hay fiesta en el cielo cuando alguien se casa, o cuando alguien compra una casa o un coche. Pero sí hay fiesta en el cielo cuando un pecador se arrepiente", dijo el evangelista. Y eso es exactamente lo que ocurrió con Joanna.
Según el relato de la propia mujer: ”me di cuenta que necesitaba arrepentirme y venir a Dios. Estuve llorando mucho, todos los días. Todos estos días me he sentido mal, deprimida. Pero siento que hoy tuve ese empujoncito. Dios como que me empujó hoy a recibirlo” y consecuencia de ello Joanna también dijo: “quiero ir a la iglesia, y buscar a Dios, porque Dios te cambia. Y tengo fe en Dios, en que Él me va a cambiar”.