La Alianza Evangélica Brasileña asume como parte de sus responsabilidades la de evaluar activamente la situación de la sociedad frente a la fe. Para ello se apoya en SEPAL (una organización plataforma que tiene como objetivo movilizar, equipar y fortalecer a líderes cristianos e iglesias en todo el mundo) para conformar el Laboratorio de Investigación e Inteligencia Misional.
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Ambas entidades están comprometidas con la producción de datos cualitativos y cuantitativos sobre la religión y su impacto en la sociedad brasileña, el análisis de estos datos y la generación de estrategias para el desarrollo de la Missio Dei (Misión de Dios) por parte de la Iglesia en sus diversos segmentos. De esta labor, surge una categoría que denominaron “Desigrejados" (“Desiglesiados”).
Según la encuesta, un "desigrejado" es alguien que declara ser evangélico, pero no está frecuentando ninguna iglesia actualmente.
Se trata del grupo que se identifica con la fe evangélica, pero no participa activamente en una comunidad de fe o iglesia. Los datos recientemente recopilados por el instituto de investigación DATAFOLHA permiten un análisis profundo de la categoría "no frecuenta" [una iglesia] entre los evangélicos.
La evaluación indica no solo un panorama de disidencia, sino que también señala cambios más profundos en la forma de la fe dinámica del brasileño. El término "desigrejado" se utiliza para referirse al no asistente a la iglesia, aunque ciertos conceptos sobre pertenencia, institución y filiación están siempre en disputa.
Según la encuesta mencionada, la mayor proporción de evangélicos que no asisten a iglesias se encuentra entre los hombres, con un 10,71%, mientras que las mujeres registran un 5,88%.
En la ciudad de Sao Paulo, el 14,29% de los evangélicos son "desigrejados", especialmente los jóvenes (20%), personas con educación superior (15%) y aquellos con ingresos de 5 a 10 salarios mínimos (26,09%). En Sao Paulo, la tasa de "desigrejados" entre evangélicos es más del doble del promedio nacional (14,29% frente al 6,9%).
Entre los evangélicos con educación superior, el 13,79% no asisten a iglesias. Este dato sugiere que el aumento del nivel educativo puede estar asociado con el alejamiento de la iglesia. Lo que se acrecienta si tomamos en cuenta que los jóvenes de 16 a 24 años representan la mayor proporción entre los evangélicos que no asisten a iglesias, con alrededor del 12%.
Estos datos proporcionan detalles de una baja en la lectura de la Biblia. Hace poco menos de 10 años se celebraba que la Biblia fue el libro más leído por las personas sin estudios (50%) y entre los estudiantes fue el (31%). El porcentaje de hombres lectores fue el que más había subido, pues pasó del 44% en 2011 al 52% en 2015.
El sondeo se realizó a 5.012 personas de todo Brasil de más de cinco años de edad. Los datos fueron presentados por el Instituto Pro-Libro tras un sondeo del Instituto Brasileño de Opinión Pública y Estadística (IBOPE), y mostraron que cada brasileño leía, en promedio, 4,96 libros al año.
Los “Desigrejados" son parte de esta nueva cultura de simpatizantes con la fe, pero que no se comprometen en cambiar sus vidas, en tomar hábitos que incluyan la lectura bíblica, la asistencia regular a reuniones en grupos de fe y la relación personal con Dios.