China ha sometido a cientos de norcoreanos a atrocidades desde el año pasado al devolverlos por la fuerza a un país cuyos dirigentes sostienen que la religión, especialmente el cristianismo, es la mayor amenaza para su poder, según afirmaron expertos en una reciente audiencia celebrada en Estados Unidos.
Tortura, violencia sexual, esclavitud y asesinato esperan a los repatriados desde China a centros de detención en la Corea del Norte del líder supremo Kim Jong Un, según han demostrado las investigaciones.
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“Cualquier creencia religiosa, y el cristianismo en particular, así como Corea del Sur, constituyen los únicos desafíos al monopolio absoluto del poder del régimen de Kim”, declaró Greg Scarlatoiu, director ejecutivo del no gubernamental Comité para los Derechos Humanos en Corea del Norte (HRNK), en la audiencia de la Comisión de Libertad Religiosa de Estados Unidos (USCIRF) celebrada el 26 de septiembre. “El cristianismo ofrece un modo de vida alternativo que deslegitima la tiranía y trasciende la opresión”.
Cientos de norcoreanos han sido repatriados a la fuerza desde China desde el año pasado a pesar de los riesgos conocidos a los que se enfrentan a su regreso, dijo Hanna Song, directora ejecutiva del Centro de Bases de Datos para los Derechos Humanos de Corea del Norte (NKDB), en la audiencia.
“Al regresar a Corea del Norte, una de las primeras preguntas que les harán las autoridades es si se han reunido con algún misionero durante su estancia en China”, explica Song. “Esta pregunta no es una mera formalidad. La respuesta determina la severidad del castigo que sufrirán. Si una persona admite o se descubre que ha tenido contacto con un misionero, en particular uno afiliado al cristianismo, a menudo es sometida a las formas más duras de tortura y encarcelamiento”.
Cuando los norcoreanos son devueltos a la fuerza, descubren que los encuentros que tuvieron con figuras religiosas durante su estancia en China pueden marcarlos de por vida, “convirtiendo una situación ya de por sí calamitosa en una de sufrimiento extremo”, afirmó. “La comunidad internacional debe actuar urgentemente para abordar estas repatriaciones forzosas y las consecuencias inhumanas que esperan a quienes son enviados a Corea del Norte”.
Joanna Hosaniak, subdirectora general de la Alianza de Ciudadanos por los Derechos Humanos de Corea del Norte (NKHR, por sus siglas en inglés), explicó en la audiencia que los detenidos sospechosos de filiación religiosa durante su estancia en China son separados del resto de repatriados.
“El cristianismo ofrece un modo de vida alternativo que deslegitima la tiranía y trasciende la opresión” - Greg Scarlatoiu
“Esta persecución debe considerarse en un contexto mucho más amplio: en pocas palabras, los dirigentes norcoreanos lideran una empresa criminal que esclaviza a civiles para facilitar la producción de bienes destinados a la exportación, a través de los cuales adquieren divisas para financiar el régimen y sus programas militares”, afirmó Hosaniak.
Esta forma de esclavitud se produce en las prisiones y centros de detención gestionados por las fuerzas de seguridad.
“China suministra continuamente esclavos para los centros de detención”, afirmó Hosaniak. “Tanto los campos de prisioneros políticos, gestionados en su mayoría por el MSS [Ministerio de Seguridad del Estado], como las prisiones de larga duración gestionadas por el MPS [Ministerio de Seguridad Pública], son importantes centros de producción de bienes para la exportación: textiles, pestañas falsas, con la etiqueta 'Made in China'”.
Hosaniak afirmó que los testimonios de los refugiados revelaron que China utilizaba tecnología de reconocimiento facial para localizar a los migrantes en el país, y que los funcionarios recompensaban a quienes denunciaban a personas que les ayudaban. Las autoridades chinas comparten el deseo de Corea del Norte de castigar a quienes tienen creencias religiosas, dijo, y afirmó que si los funcionarios chinos se limitaran a detener a migrantes ilegales, no les interrogarían también sobre con quién se han reunido y si intentan escapar.
“El objetivo es la persecución religiosa”, afirmó, y añadió que las empresas chinas cooperan en esta tarea de un modo que equivale al tráfico de seres humanos, y que hay pruebas de que algunas empresas chinas están vinculadas con empresas norcoreanas.
Scarlatoiu señaló que la negación de los derechos humanos, el adoctrinamiento, el control de la información y el “apocalíptico programa armamentístico” del régimen tienen prioridad sobre los derechos humanos, el bienestar y la seguridad humana de sus ciudadanos.
“El régimen de la familia Kim es una organización criminal que se disfraza de Estado soberano”, afirmó. “Es un régimen que ostenta el monopolio absoluto del poder político mediante una opresión sin parangón en el mundo contemporáneo”.
A pesar de los peligros que amenazan la vida, la abrumadora coacción, la amplia vigilancia y los severos castigos, las iglesias han ido creciendo en Corea del Norte con la ayuda de misioneros e iglesias de afuera, añadió.
Los derechos humanos deben tener un papel más importante en la política estadounidense debido a la conexión entre las violaciones de derechos y la amenaza del régimen para el resto del mundo, afirmó.
“La propia naturaleza de un régimen armado con armas nucleares que comete crímenes contra la humanidad es una amenaza para la paz y la seguridad regionales e internacionales”, afirmó Scarlatoiu. “Existe una conexión directa entre las violaciones de los derechos humanos por parte de Corea del Norte y las amenazas que supone para la paz y la seguridad internacionales, por lo que debe hacerse hincapié en el nexo entre los derechos humanos y la seguridad”.
Song, de la NKDB, dijo a la comisión que el 99,6 por ciento de los refugiados norcoreanos afirman no tener conocimiento de que se practique ninguna religión en el país. Como el régimen encarcela a tres generaciones familiares si incluso un pariente es condenado por “traición” por practicar su fe, el auto-silenciamiento resultante significa que los nietos no saben que sus abuelos eran cristianos descendientes de generaciones de creyentes.
"...los dirigentes norcoreanos lideran una empresa criminal que esclaviza a civiles para facilitar la producción de bienes destinados a la exportación" - Greg Scarlatoiu
Song dijo que el régimen utiliza todas las medidas posibles para enmarcar los “delitos” de conciencia personal como antiestatales o de traición. En la presentación del HRNK para el Examen Periódico Universal de Corea del Norte del Consejo de Derechos Humanos de la ONU en abril, el comité concluyó que se estimaba que 160.000 personas estaban detenidas en prisiones políticas por “delitos políticos” hasta 2020.
Una investigación realizada por una comisión internacional de jueces concluyó que los presos eran objeto de “asesinato, exterminio, esclavitud, traslado forzoso, encarcelamiento o privación grave de libertad física, tortura, violencia sexual, persecución, desaparición forzada y otros actos inhumanos”, según el escrito de HRNK.
“Numerosas pruebas demostraron que funcionarios de la República Popular Democrática de Corea detienen a personas por motivos ilegítimos, como el ejercicio de derechos humanos básicos”, añadió.
A la pregunta de Meir Soloveichik, comisario de la USCIR, sobre cómo se puede ayudar a los presos, Ethan Shin, analista jurídico del Grupo de Trabajo sobre Justicia Transicional (TJWG, por sus siglas en inglés), dijo a la comisión que la defensa de los derechos puede conducir a un mejor trato. Hosaniak, de la NKHR, señaló que cuando se conocen los nombres de los presos -un logro raro y difícil- la defensa internacional ha dado lugar a mejores condiciones que han permitido sobrevivir a algunos detenidos.
Scarlatoiu añadió que el gobierno, las organizaciones no gubernamentales y los grupos religiosos colaboran ahora mejor en favor de los detenidos.
Corea del Norte ocupó el primer lugar en la Lista de Vigilancia Mundial 2024 de la organización Puertas Abiertas de los países donde es más difícil ser cristiano.
Publicado originalmente en Christian Daily International, versión en inglés de Diario Cristiano Internacional.