Una iglesia que apenas comenzaba, ahora lucha por levantarse tras las inundaciones en Valencia

Una iglesia que apenas comenzaba
En momentos de crisis por el temporal DANA, la población se solidariza con la incipiente comunidad de fe. Foto: Religión Digital

La iglesia evangélica Elim de Alfafar, inaugurada apenas en septiembre pasado, sufrió graves daños tras las recientes inundaciones en Valencia. El temporal dejó el local inservible con más de un metro y medio de agua destruyendo mobiliario y materiales esenciales. Pese a las pérdidas, la comunidad evangélica ha recibido un gran apoyo solidario de vecinos, quienes se han ofrecido a ayudar. Mariana Gálvez, miembro de la congregación, expresó su emoción al ver la respuesta de la gente.

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Tras un buen tiempo buscando un local donde congregarse y luego de intensas gestiones con la dueña de la propiedad, los congregantes lograron alquilar y montar un templo para las reuniones semanales y así crecer juntos en comunión y conocimiento de Dios. Su inauguración fue el pasado 21 de septiembre albergando una gran esperanza de crecimiento y continuidad. Pero el temporal hizo de las suyas como en tantos edificios, casas y lugares de encuentro, como también en poblados enteros que desaparecieron debido a la inmensa inundación.

En este lugar se congregan alrededor de 50 personas, todos latinos menos un sólo español que forma parte de la comunidad de fe. Gálvez proviene de Nicaragua, pero también hay personas de Perú, El Salvador y Colombia. 

Según informa Religión Digital “tras encontrarse en pisos y en salas de hotel, donde se les acabó negando la entrada al ser un movimiento religioso cada vez más numeroso, ‘costó que algún propietario decidiera alquilar un espacio para dedicarlo al culto’, como recuerda Gálvez, pese a insistir, en su búsqueda, en que su acción “no es ni perjudicial ni ruidosa, aunque mucha gente nos acabe etiquetando con estos adjetivos”, admite la nicaragüense”.

Las personas que comenzaron mirando con desconfianza la instalación de esta iglesia ahora se encuentran trabajando codo a codo para limpiar el lugar y tratar de rescatar algo del mobiliario que aún adeudan, como las sillas que según contó Gálvez venían haciendo desayunos para obtener fondos y pagar las cuotas adeudadas. 

Las devastadoras consecuencias del temporal siguen en Valencia y en muchos lugares alrededor. La necesidad es mucha y las iglesias que no fueron afectadas se encuentran trabajando para ayudar a las víctimas en todos los aspectos. También ayuntamientos, ONGs, agrupaciones políticas están en alerta para suplir en la necesidad.

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