El reconocido predicador filipino Apollo Quiboloy, acusado en su país de orquestar una trama de tráfico sexual y laboral y buscado por el FBI por cargos de igual calibre en los Estados Unidos, fue capturado tras una persecución masiva de dos semanas.
A finales del mes pasado, la Policía Nacional de Filipinas emprendió la búsqueda del pastor, enviando a miles de agentes de las fuerzas del orden para asaltar un extenso complejo de 30 hectáreas en el sur de Filipinas perteneciente al Reino de Jesucristo (KOJC), un grupo religioso fundado por Quiboloy.
[Estamos en WhatsApp. Empieza a seguirnos ahora]
El religioso se escondió en abril, después de que un tribunal filipino emitiera una orden de arresto en su contra. El líder intentó negociar concesiones a cambio de su entrega, pero las autoridades filipinas lo encontraron la semana pasada en uno de sus complejos. Se entregó después de que las autoridades le dieran 24 horas para que se rindiera o lo arrestarían por la fuerza. Quiboloy ha mantenido su inocencia. El presidente de Filipinas, Ferdinand R. Marcos Jr., dijo el lunes que Estados Unidos aún no había pedido su extradición.
Hace casi 40 años, en Corea del Sur, Apollo Quiboloy estaba en un evento de la Asociación Evangelística Billy Graham. En ese lugar, escuchó la voz de Dios que le susurró: “Te usaré”. El presunto llamado le llevó a denominarse como "el Hijo designado de Dios" y a fundar años en Filipinas el Reino de Jesucristo (KOJC), una iglesia evangélica que afirma tener siete millones de miembros por todo el mundo. Casi siempre vestido con un traje blanco satinado. La imagen del predicador cambió radicalmente este lunes, cuando apareció ante las autoridades del país asiático vestido con una camisa naranja de detenido, gafas de sol, una gorra de Nike y mascarilla.
Sus sermones atrajeron a fieles en Ucrania, Hong Kong, Brasil y Nueva York. Sirvió como asesor espiritual de Rodrigo Duterte, el poderoso expresidente de Filipinas. Y ahora, Sr. Quiboloy, quien también es conocido como El Propietario del Universo, está detenido tras una cacería en el sur de su país. Integra la lista de los más buscados del FBI. Se enfrenta a cargos en Estados Unidos y en Filipinas por liderar una red de trata de personas y abuso sexual infantil. Fue denunciado por violación, entre ellas a menores de edad, además de ser acusado por fraude, coerción y contrabando de grandes cantidades de dinero. También exigía a sus asistentes personales mujeres, a las que llamaba "pastoras", para que tuvieran relaciones sexuales con él. A través de sus abogados, Quiboloy niega todos los cargos que se le imputan.
La captura tuvo como antecedente varias redadas de la policía en donde ejercía el liderazgo de la iglesia, que hoy también está en la línea de fuego y es considerada como secta. En ocasiones los enfrentamientos tuvieron como consecuencia heridos de ambos bandos.
Un nuevo conflicto se suma por que además de la orden de arresto, hubo un revuelo entre las altas esferas políticas filipinas. Durante los enfrentamientos entre los seguidores de Reino de Jesucristo y la policía, Sara Duterte, vicepresidente del país e hija del expresidente, acusó a los agentes de abusar de su poder y de acosar a los miembros de la iglesia durante la redada al complejo.
El propio alcalde de la ciudad al sur de Filipinas, Sebastián Duterte (también hijo del expresidente) denunció el uso "excesivo" de la fuerza por parte de la policía contra ciudadanos que calificó de inocentes y a quienes reconoció el derecho a protestar de “manera pacífica”. Las críticas del expresidente Duterte sucedieron en la misma línea que la de sus hijos, pero el mandatario actual, Ferdinand Marcos, defendió en todo momento el despliegue de las autoridades para detener a Apollo Quiboloy y evitar que huyera del país.