Para el presidente del Concilio Evangélico del Perú, el gobierno de Boluarte “nació con sangre y terminó en desgobierno”

Enrique Alva
El presidente del Concilio Nacional Evangélico del Perú, Enrique Alva, analizó la crisis política tras la vacancia de Dina Boluarte y llamó a la vigilancia ciudadana y a la oración por el país. Foto: CONEP

El presidente del Concilio Nacional Evangélico del Perú (CONEP), Enrique Alva, consideró que la reciente vacancia de la presidentede la República Dina Boluarte es el desenlace de un proceso político que arrastra años de inestabilidad y corrupción. En conversación con Diario Cristiano, Alva señaló que “la convulsión que vivimos no nació anoche. Es consecuencia de una cadena de acontecimientos que se remontan al gobierno de Martín Vizcarra y se agudizaron con la presidencia de Pedro Castillo”.

Según el dirigente evangélico, el intento de vacancia contra Castillo se gestó “desde antes de que asumiera el poder”, en un contexto de permanente obstrucción parlamentaria. “Los partidos opositores buscaron su destitución desde el primer día. Cuando Castillo comete el error de pretender cerrar el Congreso, lo sancionan, pero no llegó a concretar un golpe de Estado”, recordó.

En esa línea, explicó que la sucesión de Boluarte fue “constitucional, pero políticamente débil”. “Ella no tenía respaldo parlamentario ni partido propio. Estuvo cautiva de los grupos que la colocaron en el poder”, afirmó.

Alva describió un gobierno marcado por “desaciertos tras desaciertos” y graves violaciones a los derechos humanos. “Tiene responsabilidad en 48 muertes durante las protestas. El gobierno nació con sangre. Los cristianos defendemos la vida, venga de donde venga el poder, porque la vida es sagrada y nadie puede arrebatarla”, subrayó.

En materia económica, sostuvo que el país se ha sostenido “por la autonomía de sus sistemas financieros”, mientras que la gestión de Boluarte “no generó nuevas inversiones ni mejoró las políticas públicas”. Denunció, además, corrupción en programas sociales: “Hubo alimentos de mala calidad, empresas fantasmas y niños intoxicados. La educación y la salud siguen en crisis”, añadió.

El líder de CONEP también se refirió al aumento de la criminalidad y la extorsión en los barrios populares. “Los colegios, las farmacias, los micros pagan extorsión. La inseguridad ha crecido muchísimo y no hay una política clara contra el crimen organizado. La gente se cansó”, expresó.

Para Alva, la falta de empatía de la presidente agravó el descontento social. “Mientras decía que se podía comer con tres dólares, se duplicó el sueldo. Eso es un insulto a la ciudadanía y un desprecio por la dignidad de las familias”, afirmó.

Desde el ámbito evangélico, sostuvo que existe consenso en torno a la necesidad de cambio. “Hoy tenemos una nueva autoridad. Como creyentes debemos respetar, orar y ser vigilantes. Esperamos que en estos meses se sienten bases de transformación real. La iglesia está para acompañar y servir al pueblo”, concluyó.

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