La máxima autoridad educativa del estado, Ryan Walters, ordenó este jueves a las escuelas públicas de Oklahoma incorporar la Biblia en el currículum de 5° a 12° grado. Walters, en su comunicado, afirmó que la adhesión al mandato es obligatoria y “se espera su cumplimiento inmediato y estricto”.
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Walters destacó que "La Biblia es una piedra de toque histórica y cultural indispensable", y que su conocimiento es esencial para que los estudiantes comprendan adecuadamente los cimientos de la nación”. Este movimiento se enmarca en los esfuerzos conservadores por introducir la religión en las aulas, similar a las leyes en Louisiana que exigen la colocación de los Diez Mandamientos en las aulas.
El superintendente Walters, elegido en 2022 con una plataforma contra la “ideología woke”, ha sido criticado por centrarse en cuestiones de guerra cultural, como la ideología de género y la prohibición de ciertos libros. Recientemente, la Corte Suprema de Oklahoma bloqueó un intento de financiar la primera escuela religiosa concertada del país.
La directiva fue inmediatamente criticada por grupos de derechos civiles y defensores de la separación de Iglesia y Estado. Rachel Laser, presidenta de la organización Americans United for Separation of Church and State [Americanos Unidos por la Separación de Iglesia y Estado] afirmó: “Las escuelas públicas no son escuelas dominicales. Esto es nacionalismo cristiano de manual: Walters está abusando del poder de su cargo para imponer sus creencias religiosas a los hijos de todos los demás”.
