Líderes cristianos preocupados por aumento de persecución en zonas de América Latina

Nicaragua
El régimen de Nicaragua ha estado tomando medidas enérgicas contra iglesias y líderes religiosos críticos del gobierno. Al Jazeera / Captura de pantalla de Youtube

En el último año se ha producido un notable aumento en incidentes de persecución en algunas partes de América Latina, especialmente en Nicaragua. Incidentes que algunos líderes cristianos de la región han seguido con creciente preocupación. Bajo el liderazgo autoritario del presidente Daniel Ortega, un número cada vez mayor de miembros del clero católico nicaragüense ha sido objeto de diversas formas de discriminación y persecución, incluido el exilio del país. Se asemeja a otros países que han visto a regímenes autoritarios atacar a personas de fe, como Venezuela y Cuba.

“Sólo en 2023 se llevaron a cabo 275 ataques. Podemos decir que este último año fue el de más atentados contra la Iglesia en el quinquenio reciente”, declaró al diario español EL PAÍS, Martha Patricia Molina, abogada nicaragüense, autora del estudio ‘Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?’ y quien tuvo que huir a Estados Unidos. Molina agrega que, "176 religiosos y religiosas no ejercen su ministerio en Nicaragua porque fueron expulsados, se les prohibió la entrada o fueron enviados al exilio".

Molina fue galardonada con el Premio a la Libertad Religiosa Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos por su labor de registro de incidentes de persecución contra la Iglesia en Nicaragua.

Sin embargo, las iglesias y los líderes católicos no son los únicos que sufren bajo el régimen represivo. Los evangélicos también han sentido una creciente presión y han visto cómo el gobierno cierra a la fuerza ministerios y organizaciones, entre otras diversas formas de opresión.

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Las iglesias evangélicas en Nicaragua también han sido blanco de violaciones a la libertad religiosa. Imagen ilustrativa

Un informe alarmante

Según un informe del Observatorio de Libertad Religiosa en América Latina (OLIRE) que abarca el período de enero a julio de 2023 y que fue compartido con Diario Cristiano, la gravedad de la situación ha dado lugar a críticas públicas por parte de organizaciones de la sociedad civil, tanto nacionales como internacionales. Organismos interamericanos y mundiales de derechos humanos, así como representantes de diversos gobiernos y comunidades religiosas, también han comenzado a pronunciarse contra las medidas represivas dirigidas a líderes y miembros de comunidades religiosas.

Estas personas han sido víctimas de injustas penas de prisión, pérdida de nacionalidad, detenciones arbitrarias, investigaciones penales infundadas, secuestros, restricciones al culto tanto dentro como fuera de los lugares religiosos, pérdida de personería jurídica, cierres masivos de instituciones y organizaciones religiosas, confiscación de bienes, asfixia financiera, expulsiones del país y restricciones de entrada, según informa OLIRE.

Además, se lleva a cabo una amplia vigilancia de los líderes religiosos, sus familias y allegados, así como un asedio policial de edificios religiosos y una vigilancia y criminalización de la defensa de la propia fe en las redes sociales. Otras hostilidades se dirigen contra miembros de grupos religiosos que, a pesar de no ocupar cargos oficiales dentro de estos grupos, son etiquetados como "enemigos del gobierno" y acosados por sus comunidades, grupos paramilitares y policía local debido a su afiliación con determinadas comunidades religiosas y su proximidad a líderes comunitarios.

El informe también destaca los intentos del gobierno de crear una apariencia de cercanía y afinidad con las expresiones religiosas, por ejemplo, organizando sus festividades religiosas, y un aparente alineamiento con un sector de la Iglesia (principalmente evangélica).

Pretenden socavar la autoridad eclesiástica de los líderes de ciertas comunidades, al tiempo que promueven una mentalidad de aceptación y tolerancia sólo hacia aquellos líderes religiosos que no son considerados opositores. "En otras palabras, manipulan las referencias religiosas a su favor, intentando establecer una especie de Iglesia paraestatal", señala el informe.

El continuo caso de Cuba y Venezuela

Más allá de Nicaragua, el informe también destaca a Cuba y Venezuela como indicadores de cómo la situación de la libertad religiosa puede deteriorarse bajo regímenes comparables.

Observar lo que los gobiernos populistas de ideología comunista, como Cuba y Venezuela, han hecho en la historia reciente a las instituciones cristianas, despojándolas de sus propiedades, expulsando a los misioneros y encarcelando a los representantes de la Iglesia, ilustra la notoria opresión que ejercen estos liderazgos autoritarios.

"En el caso de Venezuela, la naturaleza de la relación entre el gobierno y las confesiones religiosas depende en gran medida de su aceptación de las directrices del régimen", señala el informe de OLIRE.

Lo mismo ocurre en Cuba, donde el Observatorio señala que "cualquier crítico de la 'revolución' es considerado un enemigo del gobierno y un traidor". En este contexto, los líderes y seguidores religiosos que, motivados por su doctrina de fe, alzan su voz contra las injusticias del régimen, denuncian violaciones de los derechos humanos, o instan al gobierno a garantizar el derecho a la libertad religiosa, el derecho a manifestar la propia fe, el derecho a predicar y difundir la doctrina de fe, el derecho a obtener estatus legal, el derecho a construir y renovar edificios utilizados para el culto, entre otros, se convierten en blanco de hostilidades."

Consultado por Diario Cristiano sobre los éxitos y retrocesos relacionados con la libertad religiosa en la región, el presidente de la Alianza Evangélica Latina (AEL), pastor Juan Cruz Cellamare, comentó: "Estamos trabajando con todas las alianzas evangélicas nacionales que conforman la AEL para promover acuerdos con los gobiernos, promover procedimientos que han sido efectivos en otros países, para que no se viole el derecho a la libertad religiosa."

Destacó la asociación de AEL con OLIRE, que registra los informes de los medios de comunicación sobre incidentes de violencia y persecución no sólo contra cristianos, sino también contra personas de otra fe o sin fe.

"Casos como los de Nicaragua, Venezuela y Cuba son los más difíciles de afrontar. Pero cada vez oímos más casos de violencia contra quienes creemos en Jesucristo y vivimos según los principios bíblicos", señala Cellamare.

Señalando a los países que han derivado hacia ideologías y valores más progresistas, expresó su preocupación por el aumento de los desafíos y, en ocasiones, también de la discriminación contra las personas de fe que tratan de aferrarse a los valores bíblicos.

"Especialmente en Estados donde se niega la existencia de Dios, se están volviendo más progresistas y buscan sus derechos a costa de los derechos de los demás. Dicen respetar la diversidad de opinión, pensamiento y opción religiosa, pero sólo para los que piensan como ellos. Los cristianos no están incluidos", afirma el líder de AEL.

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