A la luz de los acontecimientos ocurridos el pasado sábado 13 de abril relacionados al ataque sin precedentes por parte de la República Islamista de Irán contra el Estado de Israel, me he permitido hacer algunas anotaciones conforme a mi pensamiento y análisis de la realidad actual.
Era un conflicto que veía venir desde el 7 de octubre del 2023 cuando Hamás atacó a Israel y salió a la luz que el financiamiento procedía del Estado Islámico de Irán, y que a su vez, esta nación estaba siendo financiada por el gobierno de Joe Biden que apenas un par de semanas antes le había entregado 6 mil millones de dólares, ya que Biden ha mostrado dos caras y pelea de ambos lados del conflicto.
Históricamente el Régimen que gobierna Irán ha demostrado que no tolera la existencia del Estado de Israel, continuamente demanda su desaparición y amenaza con atacarlo para destruirlo y de esta manera satisfacer la justicia de Alá.
El lunes 1 de abril se dio un atentado contra la embajada de Irán en Siria, que Irán atribuyó a Israel, subió la tensión entre ambas naciones, y pese a que el gobierno israelí nunca aceptó haber realizado dicho atentado, sí se previno pues sabía que en cuanto terminara el Ramadán o incluso antes, Irán podría atacarlo, lo que generó que la Iglesia cristiana en lo general se levantara en oración de manera más intensa. Al ver que Irán tiene a tantos enemigos en la región, no sería difícil suponer que el ataque a su embajada tuviera otro origen.
Irán se vio sorprendido, (aunque declaró como exitoso el ataque), pues ocurrieron varias cosas que no esperaba:
- Ningún dron o misil logró hacer daño a Israel
- La lentitud de su sistema de misiles permitió que el Escudo de Hierro y la Cúpula de Hierro funcionaran a la perfección, lo que ha generado burlas y chistes en el Medio Oriente en el sentido que llega más rápido un pedido de Amazon que un misil iraní.
- La ayuda para derribar los drones por parte de países a los que Israel llama “socios”, como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y para sorpresa de todos, Jordania.
- De los países que ratificaron los Acuerdos de Abraham, Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Marruecos hicieron un llamado a la contención y junto con muchos más, condenaron el ataque, lo que muestra que Irán ha perdido fuerza, lo que hace pensar que o se mostró tibio en su ataque, o simplemente ha presumido y engañado al mundo haciendo pensar que tiene lo que en realidad no existe, como en su tiempo lo hiciera Saddam Hussein en Irak.
Espiritualmente vimos varios milagros y la intervención divina, como el hecho de que el ataque fuera fallido y que el gobierno israelí haya decidido contenerse bastante de haber atacado a Irán cuando había dicho que atacarían sin piedad y con frialdad, y de afirmar que era en legítima defensa, lo cual evitó que escalara el conflicto a una tercera guerra mundial.
También vimos un alud “profecías” fallidas de quienes basados en las circunstancias se atrevieron a afirmar que el Señor estaba hablando a través de ellos, generando temor y una mala percepción en mucha gente, ya que hablaban del fin del mundo, y aplicaron muchas citas bíblicas para respaldar posiciones apocalípticas.
En conclusión, la Iglesia debe estar más alerta para orar que para jugar a la profecía.
