La combinación de Iglesia y tecnología ha crecido de forma exponencial, pero ante tantas oportunidades necesitamos preguntarnos: ¿qué estamos mirando?, ¿qué nos moviliza?, ¿en qué nivel estamos hoy?, ¿qué buscamos lograr?
Para la Iglesia de Cristo, el futuro es maravilloso y nuestra misión sigue más vigente que nunca, pero es necesario detenernos y revisar cómo avanzaremos con lo que hoy tenemos en nuestras manos. Las herramientas tecnológicas son puentes que conectan y no solo espacios de promoción de las actividades del domingo en nuestras iglesias. Hay algo más.
La Pandemia potenció el acceso e implementación de plataformas y redes sociales en favor de la comunicación multidireccional de las congregaciones, y en este contexto se promovió un avance en la adopción de los nuevos medios, pero también nos alertó sobre los cuidados y riesgos posibles de volcarnos al cien por cien a la virtualidad. Aquellos signos vitales que evidenciaban un crecimiento en la vida digital, con el tiempo se fueron apagando, y con el correr de los años llegamos una realidad muy distinta.
Es momento de traer visión al equipo de medios de tu iglesia, donde voluntarios están listos para crecer.
A través de mi trabajo ministerial en distintas organizaciones de América Latina, tengo la posibilidad de conversar con pastores y líderes de distintas ciudades, tanto de ámbitos urbanos como rurales, y algo que me impactó es ver que la visión de los años 2020 y 2021, se retrajo a la de 2018 y 2019. ¿Cómo es esto? Aquella vida online que experimentaron, en la que pudieron conocer al máximo las virtudes de las tecnologías, ya no está. En estas conversaciones me expresaron frases como: “la gente ya volvió al templo, no necesitamos más herramientas para conectarnos”, “los equipos técnicos que compramos están guardados, ahora todo es presencial” y “nadie continuó con la tarea, por lo que dejamos de ver la tecnología y la comunicación como alto trascendente”.
Claro que estas opiniones son un promedio de lo que he conocido, ya que hay otros pastores que profundizaron en la innovación y fortalecieron el área de medios y comunicación para alcanzar más objetivos, pero ante estos escenarios me interesa ir a este punto en particular: ¿cuál es la visión detrás de unir la tecnología a la misión de la Iglesia de Cristo?
La comunicación digital, el uso de las redes sociales, las plataformas de streaming y todos los recursos tecnológicos a los que podemos acceder, requieren de mucho más que talento o tiempo de uso para conocerlas, sacarles el máximo provecho. No solo se trata de experiencias y resultados.
La visión de los pastores y líderes potenciará o hundirá todos estos esfuerzos. Las soluciones que brinda la tecnología en el contexto de nuestras iglesias exceden las tendencias, diseños y transmisiones en vivo, por eso el corazón y motivación detrás de la implementación nos hará conocer nuevos caminos para llevar el Evangelio.
Es momento de traer visión al equipo de medios de tu iglesia, donde voluntarios están listos para crecer. Es tiempo de fomentar los talentos creativos en comunicación, diseño, edición y escritura. Llegó la hora de dar nuevas oportunidades y así generar nuevos espacios de enseñanza y servicio.
Muchas congregaciones ya cuentan con ministerios de creatividad e innovación, donde personas de todas las edades que están interesadas en estos temas y encuentran un lugar para servir a Dios a través de sus talentos e intereses. Estas ideas requieren de un liderazgo asertivo, con conocimiento y actualización de los contextos sociales y culturales en los que vive la iglesia local, para que logren objetivos concretos, como masificar la comunicación de un evento, presentar la Palabra de Dios de formas creativas o iniciar proyectos transversales a los ministerios impulsados por una comunicación integral.
La visión de los pastores y líderes potenciará o hundirá todos estos esfuerzos.
A este grupo de voluntarios no lo podemos mirar como un equipo aislado que solo se ocupa de lo que les interesa, sino como hermanos que cuentan con el potencial para servir y acompañar el desarrollo de todos los ministerios de la iglesia. Cuando hablamos de “tecnología” no solo hablamos de “internet”, sino de una herramienta clave para el crecimiento de las iglesias, aplicando una mirada transversal e inclusiva, donde las ideas y recursos que provee la tecnología atraviesen cada actividad y propuesta de crecimiento.
En concreto, el futuro nos propone nuevas oportunidades para evangelizar, fomentar el crecimiento bíblico, el desarrollo del discipulado cercano, formar líderes y dar lugar para servir a Dios. No se trata de las formas, porque los recursos que hemos usado en el tiempo han cambiado, pero en lo que viene por delante la tecnología podrá ayudarnos a dar pasos gigantes, con un alcance e influencia que aún no hemos soñado.
Seguramente muchos de nosotros vamos a tomar decisiones y reflexionar sobre qué pasos podemos dar, pero nunca perdamos de vista que nuestra misión es dar frutos que permanezcan, porque somos simples colaboradores que se movilizan para que el Reino sea extendido y que el amor de Jesús llene los corazones de quienes lo necesitan. La misión es más grande que nuestras experiencias pasadas, por esto renovar nuestra mente y visión es trascendente para los tiempos que vendrán por delante.