Expertos internacionales piden criterios más amplios para diagnosticar la obesidad

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 Imagen por Joachim Schnürle de Pixabay

Según un nuevo marco propuesto por expertos y respaldado por 76 organizaciones médicas internacionales, los médicos de todo el mundo deberían adoptar un enfoque más exhaustivo para diagnosticar la obesidad, incorporando criterios más amplios y centrándose en los casos en que esta afección provoca problemas de salud.

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En la actualidad, los médicos se basan en el índice de masa corporal (IMC) -un cálculo basado en el peso y la estatura de una persona- para diagnosticar la obesidad. Sin embargo, esta herramienta no es lo bastante precisa, según los 56 expertos que participan en la comisión mundial. Recomiendan incorporar medidas adicionales, como el perímetro de la cintura, para reducir el riesgo de diagnósticos erróneos, según un informe de Reuters.

La comisión también aboga por redefinir la obesidad en dos categorías distintas: obesidad clínica y obesidad preclínica. Sus conclusiones se publicaron recientemente en The Lancet Diabetes & Endocrinology.

·         Obesidad clínica: Consiste en un exceso de grasa corporal acompañado de síntomas como una disminución de la función de los órganos (por ejemplo, disnea o insuficiencia cardiaca) o dificultades en la vida cotidiana. La Comisión sugiere que se clasifique como enfermedad crónica que requiere un tratamiento adecuado.

·         Obesidad preclínica: Se refiere al exceso de grasa corporal sin ningún signo de enfermedad o deterioro de la función orgánica. Debe considerarse un factor de riesgo tanto para la obesidad clínica como para otras enfermedades, como la diabetes. Los pacientes de esta categoría deben recibir apoyo para reducir su riesgo, ya sea mediante seguimiento o tratamiento proactivo.

“La obesidad es un espectro”, afirmó Francesco Rubino, presidente de la comisión y profesor del King's College de Londres, en una rueda de prensa celebrada la semana pasada.

En la actualidad, se calcula que más de mil millones de personas padecen obesidad en todo el mundo.

Los expertos pretenden perfeccionar el proceso de diagnóstico, lo que, en su opinión, podría mejorar la asignación de recursos sanitarios. Aunque aún no se sabe con certeza si este planteamiento se traducirá en más o menos diagnósticos, la comisión espera aclarar el actual debate en el seno de la comunidad médica sobre si la obesidad debe clasificarse como enfermedad.

“No podemos permitirnos tener una imagen borrosa de la obesidad”, subrayó Rubino.

Las nuevas directrices han recibido el apoyo de importantes organizaciones, como la Asociación Americana del Corazón, la Sociedad China de Diabetes y la Federación Mundial de Obesidad. Expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) también contribuyeron a la comisión, que comenzó su trabajo en 2019.

Desde entonces, el desarrollo de fármacos GLP-1 para tratar la obesidad, impulsado por Eli Lilly y Novo Nordisk, ha transformado el panorama de la atención a la obesidad. Sin embargo, Rubino aclaró que la comisión no se centraba en estos fármacos. Señaló que un marco diagnóstico más claro, si se adopta a escala mundial, podría orientar a los médicos sobre cuándo prescribir estos tratamientos en función del riesgo individual.

La comisión sugirió además que las aseguradoras podrían empezar a cubrir los fármacos GLP-1 para la obesidad clínica como enfermedad independiente. En la actualidad, muchas aseguradoras exigen la presencia de otra afección relacionada, como la diabetes, para justificar la cobertura.

“Esperamos que esto conduzca a un cambio en la práctica y, antes incluso, a un cambio de mentalidad”, dijo Rubino.

Artículo publicado originalmente en Christian Daily International, versión en inglés de Diario Cristiano Internacional. 

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