La indigencia se cuadruplicó en los últimos cuatro años y la pobreza ya afecta a 24,9 millones de argentinos. El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) reveló este jueves que más de la mitad de los argentinos son pobres. En especial los menores de 14 años donde dos de cada tres viven en la pobreza y no hacen las 4 comidas necesarias para tener una sana nutrición, según el primer relevamiento llevado a cabo desde que Javier Milei es presidente.
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El estudio indicó que la pobreza avanzó hasta 52,9% en el primer semestre del año y así alcanzó a 24,9 millones de personas en todo el país. A su vez, hubo un empeoramiento en la tasa de indigencia. El 18,1% de la población de todo el país no pudo tener cubiertas las necesidades alimentarias básicas, lo que representa a 8,5 millones de personas.
El dato más preocupante es el de los menores de 14 años, donde un 66,1% viven en hogares con ingresos inferiores a una Canasta Básica Total (CBT), lo que significa que no perciben lo suficiente para cubrir las necesidades básicas. Además, de acuerdo al Indec, el 27% de la población de esas edades se encuentra en situación de indigencia. Eso significa que uno de cada cuatro niños pasa hambre, dado que en sus hogares no ganan lo suficiente para hacer frente a sus necesidades nutricionales fundamentales. Muchos de ellos no cuentan con un plato de comida nutitiva al día.
Frente a esta situación dramática las iglesias evangélicas siguen trabajando desde sus comunidades locales en comedores, asistencia familiar, acompañamiento escolar y psicopedagógico llevando a cabo una asistencia social integral.
Diario Cristiano consultó con varios ministerios en el país que trabajan con familias cristianas y no cristianas que están viviendo una situación de extrema pobreza, lo cual es desesperante.
El pastor Marcelo Morales, director nacional de la organización CRU (antes conocida como Cruzada Estudiantil y Profesional para Cristo), contó acerca del trabajo que ese ministerio lleva adelante en diferentes lugares del país. “Como organización cristiana nos preocupa mucho la situación del país. Las cifras son alarmantes. Más cuando recorres el país y estás en lugares donde ni siquiera tienen lo mínimo para vivir o sobrevivir adecuadamente. Esto le pasa a un montón de gente. Hay lugares que, porque nadie los ve por la distancia o porque no pasa nadie por ahí o porque nadie se toma el tiempo de ir, podés ver necesidades tremendas como la falta de agua potable, de vivienda, de educación, de salud”.
Uno de cada cuatro niños pasa hambre, dado que en sus hogares no ganan lo suficiente para cubrir el costo de una Canasta Básica Alimentaria (CBA) y hacer frente a sus necesidades nutricionales fundamentales. Muchos de ellos no cuentan con un plato de comida nutitiva al día.
CRU tomó el compromiso de acompañar a las personas en sus necesidades más básicas brindando ayuda material y espiritual. “Obviamente ante esa realidad, todo te lleva a hacer algo, definitivamente ser la mano de Dios que da asistencia. Jesús mismo lo hacía. Él recorría las aldeas y la Biblia dice que sanaba a los enfermos, alimentaba a los que no tenían comida y les hablaba del reino de Dios. Así que no es el evangelio social el que estamos haciendo y predicando, sino el evangelio completo. O sea si hay alguien que está con hambre o con una profunda necesidad, si no está llena su pancita o no tiene lo mínimo indispensable, no escucha bien esa persona y va a ser un mensaje incompleto”.
En ese mismo sentido habló el pastor metodista Carlos Jacobs, quien vela por una comunidad en el sur del Gran Buenos Aires. “ahora que hay más necesidad de comida, la gente está pensando en comer. Entonces viene con menos inquietud espiritual”, sostuvo.
La iglesia que pastorea Jacobs en Bernal - una localidad de la provincia de Buenos Aires - desde varios años antes de la pandemia trabaja arduamente en ayuda social a familias del barrio. Pero desde la asunción del presidente Milei la situación ha cambiado para ellos y hay personas de la misma congregación que están pasando necesidades básicas.
“Hay una feria [ambulante] frente a la iglesia. Es una feria de frutas y verduras, que se junta los miércoles, y fuimos a repartir folletos allí. Los hermanos que repartían los folletos me dijeron ‘pero pastor la gente lo que nos pide es ropa’. Entonces se nos ocurrió poner un cartel, decía ‘perchero solidario, trae la ropa que ya no uses, y lleva la ropa que quieras gratis’. Así empezó el trabajo… Empezó a dar fruto. La iglesia está en un barrio de clase media pero tenemos a menos de 10 cuadras Villa Itatí [un conglomerado de casas muy precarias de cartón, de chapa y algunas de cemento] que creo que es la villa más grande de la zona sur. Y enfrente de Villa Itatí está Villa Azul, zonas de muchísima miseria y muchísima pobreza”.
En la zona oeste del Gran Buenos Aires, más precisamente en La Matanza está la pastora pentecostal Sonia Ciulla Junto a sus hijos y un equipo de líderes de la iglesia continúan una tarea que llevaban a cabo también desde antes de la pandemia, el fortalecimiento relacional con los niños y las familias del barrio. “Nosotros seguimos reforzando algo que veníamos haciendo así muy dentro de la iglesia, que siempre es la escuelita, la merienda. Empezamos post-pandemia, o mejor dicho, junto con la pandemia, porque era el tiempo en que la iglesia solamente se abría para dar viandas o meriendas. Hace cuatro años que estamos, en forma ininterrumpida, todos los sábados dando viandas a la gente necesitada. Quedaron las viandas, porque es lo más práctico, ¿no? Porque con el tema del COVID, todo eso se daba afuera, al aire libre. La gente fue creciendo, y cada vez son más. Es tremenda la necesidad que hay”, contó.
“Son las familias, no solamente mujeres o niños, sino también hombres que vienen y que buscan la vianda. Y también los martes damos merienda a la gente necesitada de esta zona”, añadió Ciulla.
Mientras tanto en Bernal el pastor Jacobs contó una historia de solidaridad que alienta. “Justo uno de los miércoles, pasa enfrente del templo un señor que es administrador de un grupo de Facebook que se llama ‘Bernal y su historia’. Él vio el trabajo que estábamos haciendo y le encantó. Em ese grupo de gente de Facebook había más de 2.000 personas, y el hombre me dice: ‘yo nunca pongo este tipo de información. Ustedes saben que yo no soy creyente. Pero cuando alguien está haciendo las cosas bien hay que colaborar”. Y puso la fotito del ropero, del perchero solidario, y empezó a caer gente con ropa… ¡imagínate! Y bueno, ahí la cantidad de gente que ha venido a llevar ropa y sigue viniendo a llevar ropa es impresionante”.
“Además la gente del barrio se acostumbró que cuando tiene ropa para dar, viene y la da. De paso nosotros lo aprovechamos, porque al que da ropa le regalamos un Aposento Alto, el devocional. Entonces nos sirve como una forma también de gratitud al que entregó su ropa y de valorización por lo que hace”, dijo y agregó: “por otro lado, pasó que la gente que venía a buscar ropa empezó a preguntar, ¿mercadería no tienen? ¡Y no teníamos! Entonces empezamos a pedir a los hermanos de iglesia que traigan mercadería. Empezaron a traer, teníamos algo para compartir. Durante el gobierno anterior había muchísima ayuda social en lo que es mercadería y por un año más o menos el gobierno municipal todos los meses traía diez bolsones de mercadería. ¡Muy bueno! Aceite, leche en polvo, realmente estaba muy bueno. Entonces ahí pudimos ofrecer, además de la ropa, mercadería”.
El pastor de Bernal asegura que le afectó a todo el país el cambio de gobierno y las reestructuraciones que la administración de Milei está llevando a cabo. “Un montón de gente venía a buscar comida y ropa. El tema fue que como vino la mano en diciembre del año pasado, se cortó la ayuda social. Ya no recibimos mercadería. Entonces ahí ya nos tuvimos que centrar más en las personas de la iglesia”, contó con pesar explicando que muchas de las personas de la congregación que eran catalogadas de clase media, ahora pasaron a ser pobres y ni a ellos les alcanza para vivir.
Sin embargo, y a pesar de la crisis, la iglesia en Bernal está creciendo. De este emprendimiento de ayuda social y solidaridad algunas familias se entregaron a Cristo y ya fueron bautizadas.
El pastor permanece en el templo a la expectativa y al servicio de la gente que entra a pedir ayuda material y de donde surgen charlas de impacto espiritual.
También en un sentido de servicio y de velar por las personas Marcelo Morales habló acerca de la Fundación VAS (Valores al Servicio) desde donde se acercan a lugares con extrema necesidad, les ayudan a satisfacer necesidades básicas y le comparten valores basados en la Biblia. “Elegimos algunos de estos lugares, satisfacemos o ayudamos a satisfacer sus necesidades con los proyectos misioneros que ocurren en algún momento del año. Cuando hay vacaciones para movilizar la mayor cantidad de personas o alguna etapa del año que elijamos. Queremos impactar en estos lugares muy empobrecidos y allí llevamos esta ayuda que no solamente es de profesionales de medicina sino que movilizamos muchos recursos, donaciones que son difíciles de conseguir y que bondadosamente la gente da en especias o en dinero. Muchas veces nosotros compramos en algunos centros cercanos a éstos lugares para no pagar tanto dinero en flete y comenzar a repartirlas”, contó.
CRU tiene varios proyectos, por ejemplo en el NOA (NorOeste Argentino) y también en el sur de Mendoza, y otro en Misiones, en varias localidades interiores de la provincia. “Allí llevamos zapatillas, alimentos no perecederos, etc. Estamos asociados con la Universidad del Litoral que desarrolla lo que se llama ‘superguiso’, que es un comida en cinco gustos o elementos deshidratados, a la que la gente solo tiene que echarle agua, calentarlo, se hidrata y se come. Con eso tiene la porción diaria”, explicó el director nacional.
La pastora Sonia Ciulla además explicó que como iglesia están comprometidos con Samaritan’s Purse de la Asociación Evangelística Billy Graham. “Hacemos tardes de amigas. Son tardes de amigas en distintos lugares, que puede ser la iglesia, en su casa, u otro lugar con un marco informal. Tomar mate, charlar, leer un libro, y saber de ellas, para tener un tiempo de oración. Lo mismo con los niños. Por ejemplo, mañana tenemos algo muy lindo, evangelístico... articulado con Samaritan Purse. Esperamos varios niños que van a recibir, aparte de su premio, lecciones, palabra de aliento, son los niños que vienen los sábados, tanto a las viandas o a la merienda”, concluyó.
Volviendo a los números del informe sobre pobreza, al igual que ocurrió a nivel general, los niveles de pobreza infantil se dispararon en el último año. Las estadísticas publicadas por el organismo indican que en el primer semestre de 2023 la pobreza infantil fue del 56,2% y la indigencia afectó al 13,6% de los chicos.
Frente a esta situación la iglesia evangélica se mantiene activa en fe, para el propio sustento, y con una mano abierta compartiendo el pan con quienes no lo tienen. Diario Cristiano eligió tres historias, pero a lo largo y a lo ancho del país existen millones de historias de personas que aman a Dios y a quienes ven todos los días pasar por necesidad y los ayudan sin esperar nada a cambio.