Vivir en Israel es toda una odisea en estos tiempos tan explosivos. Una nación que está en la mira de todos. Tanto de quienes quieren exterminarla como de los que defienden su integridad, basándose en la promesa bíblica.
Los acontecimientos de los últimos meses acrecientan todo tipo de especulaciones y también libres interpretaciones de los escritos proféticos acerca del futuro de la nación elegida. En el medio, mucha gente que, más allá de las Escrituras, solo quiere vivir en paz. Y en el lugar de los hechos, la iglesia. Esa iglesia cristiana, que sigue a Jesús y lo reconoce como Salvador. Pero negada por la religión judía. Un pueblo que juega un papel preponderante en la actualidad de un país en llamas.
Diario Cristiano dialogó con Claudio Alguea, pastor bautista que vive y pastorea una congregación en Israel, donde confluyen israelíes y árabes, pero todos con un denominador común: Cristo.
Diario Cristiano: Para ponernos en contexto, pastor, ¿cuánto hace que se encuentra pastoreando la congregación, en qué lugar geográfico funciona la iglesia y qué fue lo que lo llevó a predicar el evangelio en tierras tan hostiles hoy en día?
Claudio Alguea: Vivimos en Israel desde octubre de 2000, y la iglesia la hemos plantado en la ciudad de Tel Aviv en diciembre de 2010. Si bien Dios en Su misericordia nos llamó al ministerio pastoral siendo aún muy jóvenes en Cristo, no fue fácil entender para nosotros el llamado a predicar en medio de mi pueblo. Soy judío, fui practicante dentro de una comunidad judío reformista en Buenos Aires. En el año 2000, a través de varias circunstancias personales que nos tocaron vivir, entendimos que era el momento de venir. La que fue nuestra primera iglesia (la Primera Iglesia Bautista de San Francisco, en la provincia argentina de Córdoba) reconoció ese llamado y nos guió pastoralmente en el tiempo de asentarse en Israel.
DC: ¿Qué fue lo primero que se le cruzó por la mente cuando sucedieron los ataques del 7 de octubre, con la masacre perpetrada por el terrorismo, y que aún tiene capítulos sin cerrar y rehenes sin liberar?
CA: Para ser sincero debo reconocer que me sorprendieron. A pesar de la crisis política y la división interna que se vivía desde hacía un año en el país, que se inició a raíz de una reforma judicial que impulsaba el gobierno. De hecho, las acusaciones hacia el gobierno eran que estaban llevando al país a una tercera destrucción. Mi primera reacción fue un tanto confusa ya que a las 8 de la mañana de ese Shabbat me llamaron de la base militar donde sirve mi hijo Orel. Era para avisarme que venía un camión a buscarlo ya que estábamos en guerra (a esa altura nadie sabía lo que estaba sucediendo y la palabra ‘guerra’ se empezó a utilizar solo una semana después). Luego de hablar con Orel, lo que hicimos fue irnos a la congregación, que es un bunker en un subsuelo. Tratamos de acondicionarlo para todos los hermanos y vecinos que no tienen refugios en sus casas. Pasadas un par de horas teníamos 40 personas instaladas. Estuvieron ahí alrededor de dos semanas. Concretamente, lo primero que sentimos fue sorpresa.
El pueblo de Israel es el pueblo elegido y se sabe el pueblo elegido. Y a pesar del caos que se vivía hace meses, nunca se esperó esto. De hecho aún no lo digirió. Queramos o no ese sentimiento de fortaleza, [que es] ese "Dios está con nosotros, somos intocables", también se le pega a la iglesia. Es triste reconocerlo pero es la verdad. Siempre me pregunto cómo pasó esto delante de nuestras narices. Cómo puede ser que Dios puso a ayunar a más de un millón de hermanos alrededor del mundo y no se nos ocurrió pensar el por qué. La gran sorpresa fue que todo lo que estaba dividido inmediatamente se unió. Hasta hace alrededor de dos meses permaneció así. Hoy el país vuelve a estar absolutamente dividido a pesar de que aún hay 133 secuestrados entre vivos y muertos.
"El carácter de Cristo debe seguir siendo formado en nuestros corazones y la mirada de Israel se pondrá sobre Yeshua el día que Israel pueda ver a Yeshua a través de Su Iglesia" - Claudio Alguea
DC: ¿Qué interpretación hace de estos nuevos ataques acaecidos recientemente? Estando allí, uno imagina que debe tener una claridad conceptual más amplia de la que tenemos quienes miramos todo desde este lado del mapa. Siendo así, ¿cuáles son los errores más comunes que cometemos en occidente a la hora de interpretar estos acontecimientos en tierras israelitas? Se suele mezclar el Israel "pueblo de Dios" con el Israel "Estado". ¿Nota que hay confusión o intencionalidad en esto? ¿Cuál es su lectura?
CA: No sé si tengo una interpretación más amplia. Tal vez, otro punto de vista. Al estar aquí vemos las cosas desde otro ángulo. Por un lado, la prensa local no es tan tendenciosa (de hecho son bastante críticos con el gobierno). Creo que el error más común, no solo para los hermanos del exterior, sino para la iglesia toda, es confundir el Israel de la Biblia con el Estado de Israel actual. Me parece que hay una gran confusión en este tema. Aún podría llamarlo fanatismo o ceguera. Israel es, sin lugar a dudas, el pueblo elegido de Dios. Esa es una realidad indiscutible. Por otro lado, el pueblo de Israel hoy es un pueblo alejado de Dios, que rechaza sin ningún disimulo ni temor a Yeshua Su Hijo. Y por otro lado, (a pesar de que vemos la prosperidad que viene de Dios), es un país en el que hay corrupción como en cualquier otro.
En este punto quisiera agregar un concepto que, creo yo, es relevante para entender parte de la confusión que hay en occidente y que finalmente mantienen al pueblo judío férreamente alejado de Dios. Por un lado, aquellos que enseñan la teoría del reemplazo. Si creemos que las promesas para Israel ahora son para la iglesia ya no es necesario predicar aquí. En el otro extremo notamos que si bien la iglesia reconoce que hay una promesa de que todo el pueblo de Israel será salvo, vemos que exceptuando honrosas excepciones, los esfuerzos de la iglesia universal están más guiados a bendecir a Israel que a predicar y extender el Reino, ya que de todas maneras será salvo por promesa.
Este es un tiempo en el que un abrazo vale más que mil versículos.
DC: Yendo a una cuestión más personal, si se quiere, ¿cómo son sus días en Israel? ¿Cómo ve a la iglesia cristiana del lugar? ¿Qué características tiene, puntualmente, la congregación que usted pastorea?
CA: Mis días en Israel no son muy diferentes a los de cualquier pastor no asalariado de cualquier lugar. Normalmente empiezo el día trabajando, soy chofer de camiones. Excepto los domingos y lunes, que son los días en que tenemos reunión de oración antes de ir a trabajar y alrededor de la cinco de la tarde nos encontramos en la iglesia, La Viña Tel Aviv. Nuestra congregación cuenta en este momento con alrededor de 50 miembros, y nos congregamos en armonía judíos mesiánicos, cristianos y una familia creyente de origen musulmán. Tenemos cultos de adoración y palabra, reuniones de oración, de hombres, de mujeres, de matrimonios, casa de oración. En fin, creo que hemos sido llamados a predicar que Yeshua no solo es nuestro Mesías Salvador, sino también nuestro Señor en todas las áreas de nuestra vida. Podría definir nuestra congregación como una mesa de familias enfocadas en buscar Su rostro.
La situación de la Iglesia en Israel está en progreso. Si miramos un poco al pasado, de a poco vemos que hay más libertad para extender el Reino. Por más que la ley nos prohíbe predicar fuera del templo, vemos que según las zonas del país hay una apertura. Pero contrariamente a lo que muchos piensan, la guerra no ayudó (por lo menos hasta ahora). Es muy difícil hablar de un Dios de amor en medio de esta situación. Pero entendemos que como iglesia estamos llamados a acompañar y consolar desde la prudencia. Entendiendo el dolor en el corazón de las personas. Este es un tiempo en el que un abrazo vale más que mil versículos. Y una oración silenciosa más que varias prédicas. Sé que muchos no estarán de acuerdo con esto, pero es lo que vivimos día a día. Como iglesia, en este tiempo apuntamos todos nuestros esfuerzos a la gente de la calle (homeless, drogadictos, homosexuales echados de sus casas, etc.) que hay muchísimos y que con todo el tema de la guerra nadie se ocupa de ellos.
DC: ¿Cómo se hace para mantener una postura pacífica y conciliadora a la hora de hacer referencia, por ejemplo, a una facción terrorista como Hamas, que literalmente tiene como misión exterminar al pueblo de Israel?
CA: ¡Tema difícil! No todos entendemos que somos llamados a ser agentes de reconciliación. Personalmente vengo entrenado para eso hace ya muchos años, ya que mi hermana murió en el atentado a la AMIA (la sede mutual judía bombardeada en Buenos Aires en julio de 1994). Como Iglesia desde siempre oramos por el pueblo palestino, especialmente por los hermanos que sabemos están infiltrados dentro de Gaza. Pero es un tema difícil. No muchos lo entienden. Cada tanto invito a pastores de origen palestino que vienen con su grupo de adoración y tenemos cultos compartidos. Pero repito, no todos los hermanos lo entienden. La Biblia es bien clara sobre esto de amar a nuestros enemigos. Bendecir a los que nos maldicen. Más allá de estos principios bíblicos súper importantes, debemos entender los tiempos que estamos viviendo. Si verdaderamente queremos ver a Yeshua regresar, primero deberemos ver la plenitud de los gentiles. La conversión del pueblo musulmán es un paso previo e inevitable. Entonces el pueblo de Israel será salvo. Para el cumplimiento efectivo de esa promesa, Dios le asignó a la iglesia en Israel no solo el rol de predicar y orar por el pueblo musulmán, sino tambien el de perdonar y acercarnos a discipular.
DC: Volvamos a la actualidad, a esa tendencia que tenemos los cristianos de elaborar conjeturas y calcular tiempos proféticos cada vez que cae una bomba en Israel. ¿Cuál debería ser, a su criterio, la postura cristiana a la hora de evaluar bíblicamente lo que pasa en Israel últimamente?
CA: Este es un tema que surge en cada conversación. "Maranatha" es nuestro clamor. Es mucho más que una canción. Creo yo que debería ser nuestra forma de vida. Creo que Dios está preparando una iglesia (esa que desea ser verdaderamente preparada) que sepa velar según Mateo 25:13. Deberíamos dejar de mirar el almanaque y enfocarnos en Él y en ser la iglesia que Él nos llamó a ser (Col. 1:26-27). Como Iglesia estamos llamados a mostrar no solo el amor de Cristo, sino a Cristo en Su plenitud.
Creo que Yeshua en Su sabiduría, aún desde que estuvo entre nosotros, nos llama a sacar la mirada del reloj o del almanaque. Aquí, en Israel, es un gran desafío el desenfocar la Iglesia de las noticias. Él no volverá hasta que la Iglesia cumpla con Su tarea. El carácter de Cristo debe seguir siendo formado en nuestros corazones y la mirada de Israel se pondrá sobre Yeshua el día que Israel pueda ver a Yeshua a través de Su Iglesia.