
El exfutbolista brasileño Dani Alves ha protagonizado un giro sorprendente en su vida pública: tras su absolución por una acusación de agresión sexual, reaparece públicamente en un papel nuevo —el de predicador— en una iglesia evangélica en Girona, España.
Los hechos, confirmados por diversos medios, permiten trazar una cronología de su caída, su proceso judicial y su reclamo de redención religiosa.
La acusación, detención y condena
En los primeros días de 2023, Alves fue arrestado en Barcelona acusado de una agresión sexual ocurrida, supuestamente, la noche del 30 de diciembre de 2022 en un club nocturno de la ciudad. El jugador permaneció en prisión preventiva durante 14 meses según La Vanguardia. En febrero del año pasado fue condenado a cuatro años y medio de prisión por dicha agresión sexual.
En marzo de éste año el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) revocó la condena de Alves y lo absolvió argumentando que existían “una serie de lagunas, imprecisiones, inconsistencias y contradicciones” en el testimonio de la denunciante, y que las pruebas no superaban el umbral necesario para mantener la condena, reafirmando el principio de presunción de inocencia.
Ésta decisión generó reacciones en España por su posible impacto en casos de violencia de género.
El nuevo rumbo espiritual
Posteriormente, Alves apareció públicamente en redes sociales compartiendo citas bíblicas y declaraciones de renovación personal.
Según La Vanguardia, el futbolista participó recientemente como invitado en el tercer congreso de jóvenes de la Iglesia Elim de Girona. Allí afirmó, según El Heraldo de Saltillo, que “hay que tener fe, y yo soy la prueba de eso. Lo que Dios promete, lo cumple. Yo hice un pacto con Él”. En esa intervención vinculó lo que considera su entrega a Dios con su etapa más oscura.
Además, los medios señalan que este cambio también ha venido acompañado de un vuelco en su vida familiar retomando su relación con la modelo Joana Sanz, y celebrando el nacimiento de su primera hija en común.





