Desde el 10 de diciembre del año pasado Argentina tiene nuevo gobierno. Su Presidente, Javier Milei, en una de sus primeras declaraciones oficiales, nombró al 2024 como “Año de la Defensa de la Vida, la Libertad y la Propiedad”. Esta declaración deberá acompañar cada documento oficial de la Administración Pública Nacional hasta el 31 de diciembre y estará acompañado del Escudo Nacional argentino.
Junto a esta declaración surgen especulaciones y algunas incipientes acciones, en torno a la posibilidad de derogar la llamada “Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo” que fue sancionada en diciembre de 2020 y que de manera práctica legalizó el aborto en Argentina.
Según comunicó la Oficina Presidencial con respecto a la declaración del 2024 como año de defensa de la vida; “la iniciativa apunta a destacar, difundir y concientizar acerca de los valores de la vida, la libertad y la propiedad, retomando el camino que hizo grande a nuestro país. La Constitución Nacional establece… el deber del Estado de asegurar los beneficios de la libertad para todos los habitantes de la Nación, afianzando la justicia y consolidando la paz interior”.
Coincidiendo con lo anterior, esta semana se dio a conocer la presentación de un proyecto para derogar la ley que legalizó el aborto en el país sudamericano. El plan, fue presentado en la Cámara de Diputados, por la diputada Rocío Bonacci, de La Libertad Avanza (partido político cuyo fundador y líder es el Presidente Milei) como una iniciativa personal pero sin el aval formal del mandatario.
“El proyecto es mi iniciativa, no del Ejecutivo, y ha sido puesto a la consideración del cuerpo que integro”, sostuvo Bonacci en las redes sociales. Por su parte, el vocero presidencial, Manuel Adorni, desligó al Gobierno del proyecto impulsado por la diputada Bonacci. “Es una discusión legislativa, no es parte de la agenda del Presidente, no ha sido una decisión del Presidente y no ha sido impulsado de ninguna manera por el Poder Ejecutivo”, señaló el funcionario.
Esta iniciativa no tuvo muy buena acogida pero, sumado al decreto provida de Milei, sin duda sirve como termómetro para medir los ánimos en cuanto a una futura discusión sobre la posibilidad de derogar la ley del aborto en el país.
Ante este panorama diferentes organizaciones cristianas provida han reaccionado respaldando lo que parece ser una posición cada vez más clara del nuevo oficialismo argentino.
La Confederación de Iglesias Bautistas (CONFEBA), institución cristiana instituída desde 1818, que cuenta con más de 1200 iglesias en todo el territorio argentino, envió una carta al Presidente expresándole su beneplácito por haber emitido el decreto declarando el año de la vida. El documento asegura: “creemos que es un tiempo de dar una ‘dura batalla cultural’ la cual estamos dispuestos a respaldar, por lo cual nos ponemos a su entera disposición para colaborar en difundir y propiciar políticas de libertad en defensa de la vida, la familia, la propiedad y por supuesto la libertad de culto”.
Desde el Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia también hubo una reacción hacia el Presidente argentino en la cual se le expresó que “enfrentar lo que hoy es considerado como políticamente correcto, no sólo es disruptivo, sino revolucionario y hace falta hacerlo con claridad y valentía por lo que le expresamos nuestro reconocimiento y apoyo solidario… Le agradecemos esta enorme contribución cuya trascendencia repercutirá en el tiempo”.
Además la misiva que lleva la firma de Aarón Lara Sánchez, presidente del Congreso por la Vida y la Familia, menciona que “hoy, usted [Presidente Milei] nos permite la extraordinaria oportunidad, no solo de ser testigos de la historia, sino ser parte de ella, hagámoslo juntos”.
Diario Cristiano consultó al presidente de la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA), Christian Hooft, quien dijo que sin hacer una adhesión ideológica o partidaria, para ellos “es de mucho aliento” y “da mucha satisfacción que se proponga la defensa de la vida y la libertad, dos valores que son parte fundamental de nuestras creencias”. ACIERA se caracterizó por hacer una acérrima oposición a la ley que legalizó el aborto en el país y que fue promulgada hace tres años. La misma establece elderecho al abortoen todos los casos hasta la semana catorce inclusive, y mantiene la vigencia del derecho al aborto en casos deviolación y riesgo para la vida o salud de la madre, sin límite de tiempo.
Todo esto sucede mientras tras bambalinas se habla del discurso que el presidente Milei brindó en el Foro Económico Mundial en Davos, donde se refirió a la “agenda sangrienta del aborto” y dejó abierta la posibilidad para debatiren el futuro una propuesta para la derogación de la Ley de Acceso a la Interrupción Voluntaria del Embarazo.
El vocero presidencial, se esforzó en repetir que el Presidente ahora “está enfocado en lo urgentísimo”,específicamente en los asuntos de índole económica, para “evitar la catástrofe y tratar de que estos meses pasen lo más rápido posible y podamos enderezar a la Argentina”.
El país está inmerso en un grave problema económico, con altos niveles de pobreza e inflación de más del 100% anual, trabajo informal, vencimiento de deuda contraída con distintos organismos internacionales y sin reservas monetarias en el Banco Central de la República.
Entre las aclaraciones del vocero presidencial, también dijo que la posible derogación de la ley de aborto, “no está en agenda” pero “con esa definición que dio el Presidente [en Davos], podemos sospechar que efectivamente es un tema que en algún momento se debatirá”. Y aclaró: “Estoy solo sacando una conjetura con relación a ese fragmento del discurso”.
Lo que parece inevitable es que el tema entre en agenda en un tiempo no muy lejano dado que otro funcionario del gobierno de Milei, Rodolfo Barra, - procurador del Tesoro, quien representa al Estado argentino en cuestiones legales - publicó el último jueves del mes de enero pasado, una nota de opinión en la que manifiesta su “fundada esperanza” de que este año se dé marcha atrás con la ley que legalizó el aborto a fines de 2020.
La legalización del aborto supuso esencialmente una modificación del Código Penal y por lo tanto, para ser nuevamente modificado, necesariamente se debe discutir en el Congreso y, eventualmente, ese cambio ser sancionado por las dos Cámaras.
Si esto ocurriera, los movimientos provida, las Iglesias Evangélicas y la Iglesia Católica tomarían nuevamente protagonismo en defensa de la vida. Aunque, también hay que mencionar, que existen grupos e iglesias que se manifiestan a favor del aborto como las iglesias históricas protestantes afiliadas a la Federación Argentina de Iglesias Evangélicas (FAIE), entidad más antigua pero con una representatividad minoritaria.