Cristianos cubanos trasladan su culto a la calle tras intento de censura

Cubanos adoran en la calle
A pesar del desalojo policial, los creyentes cubanos continuaron alabando a Dios en plena vía pública, demostrando su fe y resiliencia frente a la censura. Foto: Redes Sociales / Yanet Arguello

Cientos de creyentes evangélicos se vieron obligados a interrumpir un culto en el local Tropicana Santiago debido a la intervención de autoridades locales, pero respondieron trasladando su adoración a la vía pública, en un acto visible de fe y resistencia.

El evento había sido organizado con permisos y preparación previa, pero una orden repentina obligó a desalojar el lugar, con la participación de la Seguridad del Estado y directivas de la gerencia del recinto. A algunos fieles se les impidió el ingreso, mientras otros fueron retirados por la fuerza.

Lejos de dispersarse, los creyentes comenzaron a cantar himnos, orar y proclamar su fe frente al local, convirtiendo lo que parecía una censura en un testimonio público de resistencia espiritual. Las imágenes difundidas en redes sociales muestran cómo la adoración continuó en plena calle, con los participantes alzando sus voces en señal de firmeza y esperanza.

“El propósito de Dios se cumplió: la semilla fue sembrada, declaramos ese espacio para Cristo y vamos a volver”, aseguró una mujer participante, mientras líderes cristianos locales interpretaron la movilización como una victoria simbólica frente a los intentos de silenciar su fe.

Representantes de iglesias denunciaron que el episodio forma parte de un patrón de hostigamiento religioso en la isla, que pone en cuestionamiento la libertad de culto. Aunque las autoridades no emitieron un comunicado oficial explicando la suspensión del culto, la acción de los creyentes dejó en evidencia la determinación de mantener su práctica religiosa pese a la represión.

El suceso ha generado repercusión en medios internacionales y redes sociales, donde se compartieron videos y fotos del desalojo, la adoración dentro del recinto y el canto colectivo en la vía pública, renovando el debate sobre la libertad religiosa en Cuba y el derecho a practicar la fe sin censura.

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