
Un fuerte temporal azotó el Gran Buenos Aires este fin de semana llegó a ser "alerta roja", es decir de peligro de vida. Con registros que cuadruplicaron la media de lluvias habituales para la totalidad del mes de mayo —alcanzando los 400 mm en las zonas más afectadas en tan sólo 24 horas—, el fenómeno provocó la evacuación de miles de personas, la pérdida de al menos dos vidas (al momento de redactar esta nota continúa la búsqueda de desaparecidos) y cuantiosos daños materiales: barrios enteros cubiertos de agua, pérdida de viviendas, vehículos, ganado, cosechas arrasadas y una devastación que mantuvo en vilo a la población.
La situación fue desesperante. Desde el viernes y durante todo el sábado, la lluvia no cesó, incluso extendiéndose hasta las primeras horas del domingo. Rutas nacionales, arterias clave de comunicación entre distintas provincias, quedaron anegadas, provocando que camiones, ómnibus de larga distancia y automóviles quedaran varados en medio del camino. Muchos permanecieron hasta 24 horas sin agua ni comida suficiente, y sin posibilidad de regresar debido a la inclemencia del tiempo y a las interminables filas de vehículos que se encontraban totalmente bloqueadas.
En Campana, una de las zonas más castigadas, el agua comenzó a ceder este lunes, pero todavía se contabilizan cerca de mil evacuados. Los barrios Las Acacias, San Cayetano, Lubo y San Felipe fueron los más comprometidos.
El intendente Sebastián Abella confirmó que las autoridades continúan en alerta por posibles nuevas precipitaciones y que el operativo de asistencia sigue activo, según informó Infobae.
En medio de esta emergencia, quienes pudieron salir a asistir a los damnificados se movilizaron para ayudar. Entre ellos, la iglesia Alfa y Omega, liderada por los pastores Carlos y Viviana Schmitt, que abrieron las puertas de su templo para organizar la asistencia a los afectados.
Diario Cristiano dialogó con el pastor Schmitt, quien describió la situación y relató lo que sucedió, primero, con las familias de su propia congregación. “Es muy triste. Muchas familias de la iglesia lo perdieron todo, el agua les llegó al techo”, contó.
Como primera medida, el pastor convocó al Ministerio de DAR —un equipo de hombres formados por albañiles, electricistas, plomeros, constructores, entre otros—, quienes fueron los encargados de evaluar la situación y asistir a las familias. “La única forma de entrar era con botes”, relató Schmitt.
Mientras tanto, otro grupo de voluntarios se dedicó a cocinar alimentos para distribuir viandas con comida caliente, y se dirigieron al barrio San Cayetano, uno de los más afectados. Allí, en lugares donde el agua alcanzaba los dos metros de altura, rescataron personas y repartieron agua, alimentos y ropa seca.
“Preparamos viandas para llevar algo caliente a las personas. No había luz, no había nada en esos lugares, y la gente necesitaba ayuda urgente”, relató el pastor.
“La iglesia permanece abierta. La gente llega descalza a buscar ropa. Los niños también. Es muy triste. Una cosa es contarla y otra vivirla”, afirmó. Además, reveló que muchos vecinos se resistían a abandonar sus casas por miedo a los robos. “En medio de la inundación, había saqueos. La gente no quería salir porque les robaban. Hasta que el agua les llegó al techo y no les quedó otra que dejarlo todo”, expresó con pesar.
Lo que sigue ahora es esperar a que el agua termine de bajar. Desde el domingo comenzó el descenso, pero aún hay casas anegadas y se espera que recién en el transcurso de la semana se pueda dimensionar la magnitud total de los daños.
“Ahora viene la parte de la limpieza —señaló el pastor Schmitt—. Estamos recolectando lavandina, elementos de limpieza, para poder empezar en las casas. Esta semana está todo suspendido en cuanto a nuestras actividades como iglesia. Todos los hermanos están abocados a asistir y estar ahí ayudando a los damnificados”, concluyó.
Para contactar al ministerio de Alfa y Omega donde se pueden hacer llegar elementos de primera necesidad puede recurrir personalmente a Granaderos 831 barrio Villa Nueva Campana, si usted se encuentra en Argentina. Vía Whastapp para coordinar ayuda material, voluntarios, ofrendas específicas y otras necesidades al +54 9 3489 527832.